El viaje de Chihiro – Spirited Away: la magia del Studio Ghibli traída a nuestra realidad

El Coliseo de Londres, se llenó con la fantasía poética de Hayao Miyasaki

El viaje de Chihiro fue una de las películas de Studio Ghibli que más llamó mi atención en 2001, aún recuerdo que la primera vez tuve mucho que procesar, ya que detrás de mí en el cine, había un niño parecía divertirse mucho con el “hombre sin rostro”. En mi caso este personaje había dejado una sensación de cierta incomodidad, hasta que años después al ver esta obra en video en casa, entendí que la obra de Hayao Miyasaki es un fenómeno similar al Principito del francés Antoine de Saint-Exupéry, ya que cada que la vuelves a ver, entiendes algo nuevo.

Caminando por las calles de Londres derivado de una cobertura de la cual les hablaremos en estos días, me encontré con un anuncio de que el 24 de agosto sería la última función de la obra teatro de Spirited Away (su nombre en inglés) en el Coliseo de Londres, aquí como buen fanático de Miyasaki, salí corriendo a buscar entradas y la suerte estuvo de mi lado.

La puesta en escena

Esta obra, para los que no la conocen, trata de cómo la joven Chihiro entra en un mundo mágico que encuentra junto con sus padres tras cruzar un portal, cuando estos se encontraban a media mudanza. Al encontrar un puesto de comida, sus dos papás comienzan una gran comilona que los termina convirtiendo en cerdos. Aquí es donde comienza la odisea de Chihiro, pues tratará de buscar la forma de regresarlos a la normalidad y en esta aventura se encontrará con dioses, brujas y demás seres mágicos.

Adaptar una película con premios como el BAFTA, el festival de Berlín entre otros, no es cosa fácil, sobre todo porque es un mundo de fantasía y aquí en donde las marionetas, actores estilo Kabuki, danzantes y una orquesta en vivo juegan un papel importante.

Las escenas son una mezcla de una pantalla con imágenes tridimensionales, imágenes proyectadas en el piso, así como un escenario que va evolucionando y transformándose en tiempo real. La obra al ser interpretada en japones cuenta con subtítulos replicados en 3 ejes (norte, este y oeste) que parecen flotar y que facilitan la comprensión de la misma, en caso de no conocer la obra, aunque también gracias a su magia y la pericia de los actores, bien se puede entender sin leer nada.

Los disfraces son coloridos y emulan a la perfección lo que vimos en la película, pero lo más impresionante es el actor que hace del “hombre sin rostro”, los actores que transforman a Yubaba cuando se enoja, ya que entre varios componen un enorme rostro, los que hacen del “dios apestoso”, los que hacen de manos de Kamaji (el carbonero), el hombre sin rostro gigante y los que ayudan a animar a Haku como dragón. Todo esto no demerita las grandes actuaciones de la actriz que hace de Yubaba/Zeniba, el actor que interpreta Haku y por supuesto la protagonista, Chihiro.

Una historia más amplia

El hecho que la obra dure 3 horas dividida en 2 actos, amplia la historia, clarificando más los motivos por los cuales Chihiro debe de trabajar para no convertirse en puerco, la razón por la cual esta llora con tanto sentimiento al comer del arroz que le da Haku, entre otras cosas que no mencionaremos para no caer en grandes spoilers.

¿Es necesario ver la película de El viaje de Chihiro para entender la obra de teatro?

No, aunque si ayuda para entender más a detalle los agregados que amplían la historia.

Conclusión

El viaje de Chihiro – Spirited Away en su adaptación teatral es una obra maestra que nadie se debe de perder, ya que es una puesta en escena que sin duda gustará tanto a chicos como grandes, ya que tiene magia pro todos lados y la música en vivo es algo que realmente te hace sentir todo lo que ves en el escenario. Es una experiencia que nadie que gusta del teatro se debe de perder.

Calificación: 10