Outer Wilds: el juego que nunca podrás volver a jugar después de que lo terminas
Un viaje cósmico, un bucle temporal y un rompecabezas que se resuelve en tu mente. Descubre la magia de Outer Wilds
Todos tenemos videojuegos favoritos a los que nos encanta volver una y otra vez. Revivir la épica aventura o el desafío de un clásico es reconfortante. Tal vez regresamos por la historia, porque nos encanta el gameplay o porque el juego tuvo un lugar importante en una época de nuestra vida.
¿Pero qué hay si te dijera que uno de los mejores videojuegos que hay no podrás volverlo a jugar nunca? Obviamente estoy exagerando, en teoría lo podrías volver a jugar, pero no tendría sentido. Esto es porque Outer Wilds es un título que consiste en un solo rompecabezas gigante, pero las pizas están en tu cabeza. Y una vez que las tienes todas y sabes como resolverlo, puedes pasar el juego en unos diez minutos, por lo que el viaje para llegar a ese punto es lo divertido.
Outer Wilds es un juego en el que tomas el papel de un explorador espacial novato que sale por primera vez en busca de aventuras. Lástima que justo en su primer día el sol explota. Pero ese no es el final, ya que despiertas nuevamente en tu planeta, listo para explorar el cosmos, hasta que el sol explote otra vez. Así es, estás atrapado en un bucle de tiempo estilo Groundhog Day o Edge of Tomorrow. El descifrar por qué estas atrapado en este bucle, por qué el sol explota y cómo es que puedes escapar es la premisa principal de Outer Wilds.
Este es un juego fascinante en donde todo es una simulación de un sistema solar en miniatura y cada uno de los planetas que lo conforma tiene fenómenos físicos únicos. Un planeta está envuelto en una tormenta eterna, lleno de ciclones que arrasan la superficie. Otro tiene un agujero negro en su núcleo, lo que hace que pedazos enteros de la corteza caigan hacia su centro conforme avanza el tiempo. Otro son dos pequeños satélites que se orbitan uno al otro en un baile cósmico, uno está lleno de arena y el otro vacío, y conforme avanza el bucle la arena se pasa de uno al otro.
Como explorador, recorrerás estos planetas una y otra vez, aprendiendo como actúan y que le pasó a la misteriosa civilización que los habitaba, mientras recoletas el único poder que puedes obtener en el juego: conocimiento.
Así es, en Outer Wilds tu personaje nunca se hace más rápido o más fuerte, nunca mejoras tu nave ni obtienes nuevos poderes. Lo único que haces es escanear texto que te da información acerca de los planetas que te rodean y la extraña tecnología de los alienígenas que antes los habitaban. Esta información se queda grabada en tu nave, así que no tendrás que recolectarla de nuevo cuando mueras, pero cada parte va dándote pequeñas pistas de hacía donde explorar después o una interacción que no sabías que podías hacer.
Esto hace que cada vez que revives vas a probar cosas nuevas, vas a experimentar algo diferente en otro planeta que quizá te lleve a la siguiente pista. Porque Outer Wilds es el único juego que he probado que antes de pedirte que resuelvas un rompecabezas, tienes que saber lo suficiente para saber siquiera qué es el rompecabezas que estás resolviendo.
Para cuando llevas varias vueltas al juego, ya sabes exactamente como opera el sistema solar, que piezas te llevan a donde, y cómo funciona la extraña tecnología. Mas satisfactorio aún es la habilidad que adquieres como jugador manejando tu nave, como navegas los peligros de cada planeta con maestría y precisión, habiendo dominado cada uno de ellos. Pero más que nada es la curiosidad de saber qué pasó con los habitantes, porque desaparecieron y cómo es que llegaron ahí.
Pocos juegos me han hecho sentir esa sensación como Outer Wilds. Cuando empiezas una vuelta, vuelas directo a un planeta gracias a información que descubriste la vuelta pasada, e interactúas con un objeto o lugar que hace 3 horas no ningún tenía sentido y de repente ese descubrimiento o deducción que hiciste funciona.
Haber armando el rompecabezas que es Outer Wilds será una de las experiencias como jugador que cargaré conmigo para siempre. No solo por la manera tan increíble de hacerte aprender y resolver acertijos. También por la historia que vas descubriendo a lo largo del camino y el mensaje que el juego te quiere transmitir.
Si les gustan los juegos diferentes, esos juegos que no tienen miedo de soltarles la mano y dejar que exploren a su paso y a su antojo, o los misterios cósmicos, definitivamente échenle un ojo a Outer Wilds. Una vez que lo terminen nunca podrán volverlo a jugar, pero no saben como valdrá la pena el viaje.
Por Carlos Izcoa
Publirrelacionista con especial énfasis en la industria de videojuegos con más de 9 años de experiencia. Ha trabajado con empresas de tecnología mundiales, como HONOR, The Pokémon Company, Twitch, OnePlus, Square Enix, Bandai Namco y Activision Blizzard desarrollando sus estrategias de comunicación y campañas de lanzamiento
