Multitasking: ¿de verdad nos hace más productivos o pasa lo contrario?
¿El multitasking te hace eficiente o te roba energía? Descubre mitos, riesgos y consejos prácticos para enfocarte y rendir mejor
El multitasking más allá de ser productivo, puede frenar tu eficiencia. / Jessica Peterson
Todas hemos caído en la práctica del multitasking: revisar nuestro correo mientras escuchamos una nota de voz de un compañero, hacer un reporte mientras checamos notificaciones de WhatsApp o hasta “aprovechar” el tráfico para contestar mails del trabajo. Y sí, parece que avanzamos, pero… ¿realmente lo hacemos?
En El Brunch platicamos con Nora Tawada, coach de liderazgo y desarrollo ejecutivo, sobre este tema que nos afecta a todos: ¿el multitasking es bueno, malo o depende? Antes de iniciar debes de saber que tu cerebro no está diseñado para hacer dos cosas importantes al mismo tiempo.
El mito del multitasking
La ciencia ya lo comprobó: el cerebro no puede ejecutar dos tareas cognitivas al mismo tiempo, sólo alterna entre una y otra. Según la Universidad de Stanford, al intentar multitaskear:
- Aumenta 50% la probabilidad de errores.
- Pierdes entre 25 y 40% más tiempo porque al cambiar de actividad interrumpes tu concentración.
- Tu energía mental y emocional se drena más rápido.
Es decir, lo que creemos que es eficiencia en realidad se convierte en cansancio y frustración.
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¿Cómo afecta ser multitask?
Nora compartió algo que es para ponerse a pensar: hacer multitasking no solo afecta la calidad de tu trabajo, también la calidad de tus recuerdos.
Pero ¿de qué manera hacer diversas actividades simultáneamente puede afectar a los recuerdos? Nuestra especialista lo explicó:
Cuando divides tu atención, tu memoria registra esas experiencias en “baja resolución”. Así que si contestas mails durante un momento importante, como una cena familiar o un evento especial, lo más probable es que no lo recuerdes con claridad.
Además, el multitasking eleva tu ritmo cardíaco, presión arterial y niveles de estrés, aumentando la ansiedad.
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¿Cómo ser más productivo y dejar a un lado el multitasking?
La respuesta está en la monotarea. Nora compartió varios tips prácticos para ponerlos en acción:
- Empieza el día con lo más difícil. A esto le llaman “comerte la rana”: si resuelves el pendiente más pesado en la mañana, todo lo demás será más ligero.
- Agenda tus pendientes. No solo hagas listas; decide a qué hora y cuánto tiempo dedicarás a cada actividad. Esto evita que se vuelvan infinitas.
- Haz pausas. Cada break de 5 a 10 minutos te devuelve hasta un 15% de tu atención.
- El principio del queso suizo. Si no tienes horas libres para un proyecto grande, divídelo en pedacitos de 25 minutos. Poco a poco vas avanzando hasta terminarlo.
- Enfócate en el 20% que vale. Aplica la regla de Pareto: pocas actividades generan la mayoría del impacto. Prioriza esas, no las de bajo valor.
Multitasking en el trabajo: lo que sí y lo que no
Aunque todavía hay empresas que piden el multitasking como requisito, en realidad eso refleja un rezago cultural. Las organizaciones más innovadoras fomentan justo lo contrario: espacios de concentración ininterrumpida.
Así que si en una entrevista te piden “ser multitask”, lo que conviene destacar es tu capacidad para priorizar, gestionar el tiempo y entregar resultados, más que hacer mil cosas a la vez.
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En conclusión, aunque el multitasking puede parecer que nos hace sentir más productivos, la realidad es que ralentiza tu desempeño, baja tu calidad de trabajo y afecta tu bienestar emocional.
Lo que realmente te ayuda a crecer (en tu vida personal y profesional) es la atención enfocada.