Silent Hill F y el por qué deberías tenerle tanto miedo

Aunque los juegos de terror no son precisamente populares entre el público casual de videojuegos, cuando escuchas Silent Hill, la mayoría reconoce a la franquicia, y por ahí puede haber dos vertientes, o puede ser tan comercial que resulta repetitivo y aburrido, o puede ser tan bueno que por algo se mantiene en boca de todos. Y en este texto no te voy a contar que funciona muy bien en PC y que el desempeño en la ASUS ROG Ally es muy bueno, por ejemplo, aquí te vengo a decir por qué tú como jugador deberías tenerle mucho miedo a Silent Hill F y también porqué las demás desarrolladoras de videojuegos deberían temerle por igual.

Un poco de sangre y de música tétrica es muy divertido

El miedo no necesariamente puede significar que te incomode ver a una muñeca tamaño humana hecha de pedazos de carne acercándose a ti con un cuchillo, sino que también puede ser un temor a que te envicies tanto en él que no quieras socializar e incluso querer dejar tu trabajo para correr a casa a jugar Silent Hill F y si, la realidad es que la sensación de terror y de un gameplay bien logrado, nos deja siempre queriendo jugar por más tiempo.

Una vez que comienzas a jugar Silent Hill F, te das cuenta que la música y los efectos de sonido son estupendos, desde cantos de garganta terroríficos mientras esperas que te lleguen monstruos desde cualquier lugar inesperado, hasta los propios efectos de las pisadas y respiraciones de la protagonista que te hacen estar atento todo el tiempo y sobre todo, envuelto en una gran experiencia de terror japonesa en cada rincón del juego, desde el doblaje en ese idioma que es espectacular, pasando por ambientaciones de las zonas rurales de Japón, e incluso basándose en leyendas y cuentos de la tierra del sol naciente.

No es perfecto eso sí, pero la atmósfera de juego que nos brinda Silent Hill F es brutal, el cambio de ideología que tenemos aquí cambiando no solo el gameplay, sino también la completa inmersión en la cultura japonesa, cuando veníamos de territorios tradicionales de occidente como en Silent Hill 2 Remake, aquí Konami nos mete de lleno en aquello que resalta del terror de Japón, pero sin descuidar la esencia de la franquicia, que son monstruos, acertijos y sobre todo un enfoque de la trama que involucra la estabilidad mental.

Así que como jugador, sí deberías tenerle mucho miedo, miedo de que te atrape una atomósfera completa de terror y jugabilidad pulida, miedo por conocer todo lo terrorífico que causa el enfoque japonés, y sobre todo, miedo porque Silent Hill F tiene mucho más que aportar de lo que te imaginas.

Una obra de terror que busca atemorizar el mercado

Y es ahí cuando los demás desarrolladores de videojuegos deberían estar temblando de temor por este juego, y aquí la explicación recae no tanto en que visualmente está bien logrado o que Silent Hill se caracteriza por tener una historia sólida, sino también porque los cambios en las franquicias no siempre llevan al fracaso, atreverse a cambiar fórmulas que llevan años existiendo pueden salir muy bien, dejar de enfocarse en las culturas tan famosas que ya hemos explotado en cine o televisión, y comenzar a explorar más opciones sin descuidar al usuario como principal benefactor de ello.

El cambio de God of War a lo que nos presenta en la atmósfera nórdica resultó espectacular así como también dejamos de ver a Kratos soltando golpes por doquier y ahora tenemos combate más pausado pero igual de divertido. Otro ejemplo es lo que vimos en Black Myth Wukong con una introducción a la cultura de China que fue más que asombrosa, así que también el mercado debería tener miedo de Silent Hill F, miedo de que adentrarse en los cambios deben ser siempre pensando en el jugador como un usuario que busca experiencias envolventes y no pensando en él como una fuente interminable de dinero.

Si, Silent Hill F me dio miedo como juego de terror per se, como actividad para envolverme sin salir de casa ni socializar, y como una apuesta que debería hacer temblar a los demás estudios.

Por Marcos Rabía

Periodista y comunicólogo especializado en tecnología y videojuegos titulado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Comenzó a colaborar con Meristation y Los 40 México desde 2017, cubriendo temas de tecnología y videojuegos. Ha trabajado para Grupo Expansión en la revista Tec Review, en el proyecto BitMe de Televisa y en la revista digital Factor 9 del grupo Merca 2.0. Actualmente es Especialista en Administración de Contenido para Walmart de México y Centroamérica centrándose en estrategias digitales para el catálogo de electrónica.