Análisis de 'HIM: El Elegido', el thriller psicológico con gore que crítica al deporte, al fanatismo y las élites ¿Vale la pena?

Crítica de 'HIM: El Elegido' la nueva película que habla de sacrificios y fanatismo con un toque de gore.

Este 2 de octubre llegó a los cines la nueva película de Justin Tipping, HIM: El Elegido, un thriller psicológico que retrata, de manera exagerada y muy gráfica, los sacrificios que se hacen en la vida deportiva para llegar a convertirse en un “GOAT”.

Reseña de la película

Tuvimos la oportunidad de verla y, aunque arranca con fuerza y plantea un concepto atractivo, lamentablemente su final deja mucho que desear.

La cinta se presenta como un thriller psicológico que logra envolver al espectador en su trama. El juego mental es crucial: los cortes de cámara, los planos, la música y la atmósfera en general están pensados para manipular los sentidos y difuminar la línea entre realidad e ilusión, tal como le ocurre al protagonista.

Por momentos, realmente cuesta distinguir si lo que vemos en pantalla es parte del mundo real o una alucinación, lo que mantiene una tensión constante. En ese aspecto, cumple bien.

Pero además del terror psicológico, la película recurre a otro género que parece estar en tendencia: el gore. Desde el inicio se muestran escenas gráficas de fracturas y lesiones, y conforme avanza la historia estas imágenes se vuelven cada vez más explícitas y violentas, formando un elemento clave dentro de la narrativa.

La trama gira en torno a Cameron Cade, un joven prodigio del fútbol americano que busca convertirse en el próximo mariscal de campo (quarterback) de su equipo soñado, tomando el lugar de una estrella veterana que está por retirarse. Isaiah White lo toma como aprendiz para prepararlo en el relevo, pero pronto descubrimos oscuros secretos de manipulación, control y sacrificios inhumanos.

Lo que comienza como una historia de superación y perseverancia se transforma rápidamente en una crítica a las prácticas detrás de la industria deportiva. Los “sacrificios” que cualquier atleta hace para llegar a las grandes ligas son llevados al extremo, en una metáfora grotesca que busca incomodar y poner en evidencia el costo humano detrás del espectáculo.

La película aborda temas como la competencia feroz entre los jóvenes talentos, la presión constante, el acoso mediático, el uso indebido de medicamentos, la violencia, los discursos manipuladores, la lucha de egos, la fugacidad de la fama y el descarte de jugadores veteranos.

También muestra cómo las élites en el poder moldean y fabrican estrellas, literalmente en este caso, pero también como analogía, hasta convertirlas en productos de consumo masivo que alimentan tanto el fanatismo como la maquinaria del consumismo.

Un punto interesante es cómo se aborda el fanatismo, retratado como una secta en la que los seguidores han perdido identidad y cordura por rendirse ante su ídolo, llegando a límites extremos en nombre del “amor” hacia sus estrellas. Esa misma lógica se replica dentro de la administración deportiva: un culto disfrazado de ejecutivos.

El problema es que, hacia el final, la trama se derrumba. En un intento de hacer que el héroe luzca aún más “cool”, la película abandona la tensión construida, dejando al espectador confundido y con una sensación de insatisfacción.

HIM: El Elegido ya está disponible en todos los cines de México.

Areli Segura

Soy redactora experta en música y entretenimiento...