Rosalía explora el amor, el dolor y la fe en ‘Berghain’, su colaboración con Björk & Yves Tumor: significado de la letra y el video
El adelanto de su próximo álbum LUX combina ópera, música clásica y trap en una puesta en escena llena de simbolismo, vulnerabilidad y redención.

Rosalía regresa a la escena musical con su nuevo sencillo "Berghain", una colaboración con Björk y Yves Tumor que sirve como adelanto de su próximo álbum LUX. Un proyecto dividido en cuatro actos, en el que la artista relata una historia de introspección, amor, desamor, vulnerabilidad y dualidad.
Este sencillo, perteneciente al segundo acto, marca una ruptura con los paradigmas del pop y el estilo que la catalana mostró en su anterior producción.
En Berghain, Rosalía no sólo se aleja de la música urbana, sino que fusiona la ópera y la música clásica con la modernidad de Yves Tumor y el pop experimental de Björk. Es el reflejo perfecto de su intención: una puesta en escena total donde lo sonoro y lo conceptual se entrelazan.
La letra y la música: entre la plegaria y la autoconciencia
La letra es una mezcla de idiomas, emociones e intenciones. La parte en alemán funciona como una plegaria, un recordatorio constante del sufrimiento. Es su yo interior, que como un mantra se repite una y otra vez, sin encontrar paz, pero aprendiendo a vivir con el dolor.
Por otro lado, el español representa su yo consciente, aquel que toma el control y equilibra el caos. Se reconoce, es consciente de sus límites, deseos y capacidades. En esta parte, Rosalía se define como “un terrón de azúcar”, reconociendo su fragilidad, esa que se deshace al contacto con el fuego.
Puede interpretarse como una metáfora del deseo carnal que la atormenta y por el cual ha sido juzgada o bien, una declaración de que su ternura y dulcera parecen ser su debilidad, pues la vuelven frágil ante los demás. Ella, asumiendo esas críticas, concluye que su problema es su corazón: el que cae ante la tentación, el amor o lo tóxico.


Durante la primera parte de la canción se percibe una lucha entre estas dos voces (lo cantado en alemán y en español) hasta que Björk interviene como una especie de superyó, juicioso y limitante, para sentenciar: “The only way to save us is through divine intervention” (la única manera de salvarnos es a través de la intervención divina).
El tema culmina con un verso más explícito: “I’ll fuck you till you love.”
En su sentido literal, podría leerse como una exploración de lo carnal, un deseo que separa el amor puro del placer físico. Pero también puede interpretarse como una relación tóxica: no te dejaré ir hasta que me ames, aunque te destruya. Esta última lectura cobra fuerza en el video musical, donde el tormento se convierte en la vía hacia la liberación.
El video: religión, sacrificio y dualidad
El video musical está cargado de simbolismo religioso. Rosalía se muestra como una mártir que sufre por defender su fe en el amor. Esa devoción la lleva al padecimiento, evocando la figura de los santos en el catolicismo, religión a la que la artista regresa constantemente a lo largo del álbum.
Sobre su cama cuelga una imagen del Sagrado Corazón, símbolo del amor divino dispuesto a sufrir por los demás, y representación de la totalidad del ser: conciencia, inteligencia y voluntad.


La dualidad visual se manifiesta a través del contraste entre el blanco y el negro, el bien y el mal. Además, hay una clara referencia a El cisne negro, tanto en la estética como en la narrativa: Rosalía, con plumas en los párpados, encarna el conflicto entre el deseo y la moral, entre lo que quiere y lo que “está bien”.
Además de los símbolos religiosos, Rosalía representa su corazón como una joya: valiosa, pero averiada. Intenta deshacerse de él, pues parece ser la raíz de sus problemas, sin embargo, no lo consigue; ni siquiera el joyero lo acepta.


Derrotada, regresa a casa y experimenta una epifanía; una escena que recuerda a Blancanieves: la figura inocente que es perseguida por su propio corazón, pero que al final se salva mediante un sacrificio.
En este cierre no hay príncipe, sino revelación. El ciervo sacrificado simboliza el peso del pasado, que poco a poco cobra la figura de un hombre. quizá hay algo de culpa ahí, una emoción tormentosa. "Un sacrificio" que ahora es reclamado.
Pero de alguna forma, al aceptar esta verdad, Rosalía restaura su corazón: la joya rota vuelve a brillar, y ella, finalmente, se libera.

Areli Segura
Soy redactora experta en música y entretenimiento para Los40 y La KeBuena. Mi background en Comunicación...


