Reseña de "Wicked: For Good": El final épico, potente y (casi) perfecto de la saga

Potente y emotivo. Te contamos los aciertos y el único gran fallo que impide que Wicked: For Good sea una obra maestra absoluta.

Wicked: For Good, la segunda y última parte de la saga, ya llegó a los cines de México y, honestamente, es una montaña rusa emocional de principio a fin.

Opinión de la trama

La historia retoma justo donde nos quedamos: Elphaba convertida oficialmente en “la bruja mala” del cuento y Glinda como la figura perfecta y radiante que todos aman… al menos en apariencia.

Porque si algo deja claro esta película es que nada es tan bueno ni tan malo como nos lo han contado: siempre hay dos versiones de la historia.

La narrativa se enfoca en la vulnerabilidad de ambas protagonistas, sus deseos de encajar, de ser amadas y de sentirse suficientes.

Y también nos recuerda que, cuando ese deseo se vuelve obsesivo, la línea entre hacer lo correcto y actuar desde el egoísmo se vuelve peligrosamente delgada. Eso le da un toque profundamente humano a la película.

La villana perfecta y la heroína deconstruida: opinión de las actuaciones y arcos de las protagonistas

Por un lado, tenemos a Elphaba, una joven que quiere arreglar un mundo que no quiere ser arreglado. En su afán, termina convertida en la villana perfecta a ojos de Oz: poderosa, impulsiva y, a veces, incapaz de controlar la magia que la desborda.

Cynthia Erivo se luce interpretando esa mezcla de frustración, desespero y buen corazón malentendido. Su Elphaba es una crítica elegante (y dolorosa) a cómo la sociedad decide creer solo lo que quiere creer y juzga desde su ignorancia. Pero también es un reflejo que todo acto revolucionario parte de un deseo egoísta y voluntario.

Por el otro, Ariana Grande sorprende como Glinda con una de sus mejores actuaciones hasta ahora. Su personaje es quizá el que más evoluciona: pasa de la superficialidad y la perfección impostada a mostrar sus inseguridades, sus duelos y su propio lado "malo".

Pero también vemos su arrepentimiento, su compasión y esa autoaceptación que, al final, la hace verdaderamente mágica. Ariana no solo actúa: nos regala un performance exquisito. Vocalmente entrega uno de los puntos más altos de la película.

Aciertos y desaciertos

Entre lo mejor de esta entrega están las actuaciones, la banda sonora (con interpretaciones que ponen la piel chinita), y el impecable trabajo de vestuario y escenografía, que mantienen vivo el encanto de Oz.

Pero no todo brilla en tonos esmeralda. Hay momentos en los que la trama se siente apresurada, con saltos temporales que rompen un poco el ritmo de la narrativa.

También está la polémica decisión de justificar la infidelidad/deslealtad entre amigas cuando Elphaba termina quedándose con el príncipe. No es que quisiéramos un final romántico distinto, pero la forma en que lo abordan se siente incoherente con los mensajes centrales de la historia… y para eso se inventaron las adaptaciones, ¿no?

Otra pequeña decepción: Dorothy nunca aparece realmente. Sí, sabemos que este no es El mago de Oz, pero después del hype que generaron los pósters, hubiera sido lindo verla aunque fuera brevemente para conectar aún más ambos mundos.

Al final, Wicked: For Good logra hacerte reír, emocionarte, enojarte y llorar, especialmente en esa escena final donde Elphaba y Glinda aceptan que su historia llegó a su fin. Que su amistad, tan poderosa como imposible, nunca podrá ser revelada ni aprobada, y que lo único que les queda es guardarla como un recuerdo íntimo. El sacrificio de Elphaba, y su "muerte" es sin duda una de las escenas más fuertes.

Ese cierre es un golpe directo al corazón, una metáfora preciosa de cómo todas las relaciones que nos marcan, para bien o para mal, cambian nuestro camino para siempre.

¿Vale la pena verla? Sí. Es emotiva, visualmente espectacular y te deja pensando mucho después de que caen los créditos.

Areli Segura

Soy redactora experta en música y entretenimiento...