SEVENTEEN hace historia en Tiny Desk
Sin efectos ni coreografías, los chicos de SEVENTEEN se lucieron en su presentación acústica detrás del legendario y pequeño escritorio.

SEVENTEEN acaba de hacer historia al ser el primer grupo de K-pop en pisar las inmediaciones del famoso Tiny Desk de NPR. Aunque otros artistas del género han tenido sus propias versiones, SVTN es el primero en estar detrás del pequeño y legendario escritorio.
Este formato que desnuda a cualquier artista y revela, para bien o para mal, qué tan sólidos son sin producción masiva, puso a prueba a la banda coreana. Y sí, tenemos que decir que hay bastante que decir, CARAT.
Te contamos qué pasó, cómo sonó y por qué este show es una joya para entender la verdadera identidad del grupo.
Un Tiny Desk histórico
SEVENTEEN llegó a este escenario íntimo con una "desventaja". Y es que el grupo no estaba completo, solo Joshua, Mingyu, Seungkwan, Vernon y Dino pudieron ser parte. Para rematar, DK, uno de los vocalistas principales, canceló por problemas de voz.
Un escenario así podría haber sido difícil y retador, menos integrantes, más exposición. Pero lo que pasó fue lo contrario: SEVENTEEN mostró que no necesita una escenografía de estadio para brillar. Sólo sus voces y su carisma.
Lo mejor del setlist
Tiny Desk obliga a los artistas a reinterpretar su repertorio, y SEVENTEEN lo hizo con gusto. La música sonó más cálida, más orgánica, más humana. Las versiones acústicas de los hits que nos han hecho cantar, bailar y vibrar con ellos se reinventaron para hacernos sentir mucho más.
- “Super” no tuvo la agresividad a la que estamos acostumbrados pero eso la convirtió en una melodía sutil y mucho más pop.
- “Darl+ing” sonó preciosa en acústico, con pequeños arreglos y armonías que crearon una atmósfera íntima. Probablemente la mejor adaptación del show.
- “_WORLD” sorprendió con un groove ligero que en vivo a veces se pierde entre la producción pesada.
- “Rock With You”, “CLAP” y “HOT” se transformaron en versiones más rock/soul y el mashup de todas nos dio un gran momento.
- “VERY NICE” cerró con ese eterno “encore” tan característico, pero ahora en modo íntimo y juguetón.
Las canciones no sonaron como versiones “pequeñas”, sino como reinterpretaciones diseñadas para mostrar musicalidad y no solo espectáculo.


Una vibra natural, humana y encantadora
Lo más bonito del Tiny Desk fue algo que ni siquiera estaba en el guión: la humanidad del grupo.
No hubo posturas, no hubo poses, no hubo distancia.
Solo cinco chicos riendo, improvisando, y hasta equivocándose. Porque aunque por momentos la voz de algunos miembros se tambaleó, eso también mostró la naturalidad de la presentación.
Incluso cantaron “Happy Birthday” acapella para una persona del público, mostrando lo espontáneos que pueden ser sin ritmo marcado ni monitores perfectos. Eso es SEVENTEEN puro.
Un momento clave para el K-pop
El K-pop ha sido criticado durante años por supuestamente depender demasiado del espectáculo visual como método de distracción y no priorizar lo vocal, como haría cualquier artista western.
Tiny Desk, en cambio, es un espacio respetado por músicos, productores y críticos que valoran lo contrario: la ejecución. Al presentarse en un show de este calibre, SEVENTEEN no sólo tomó el reto sino que probó que no sólo saben darnos coreografías perfecta. También tienen musicalidad, técnica vocal, carisma natural y talento sin adornos.
Es un punto de inflexión para su carrera y, honestamente, un argumento que debería callar a quienes aún dudan de su calidad artística.

Areli Segura
Soy redactora experta en música y entretenimiento para Los40 y La KeBuena. Mi background en Comunicación...


