Adiós al centro comercial: La Generación Z transforma el Black Friday con compras de segunda mano
La tendencia del 'Thriftmas' gana terreno frente al retail tradicional; los jóvenes priorizan la sostenibilidad, el ahorro y la autenticidad en sus regalos navideños
La imagen tradicional del Black Friday, con multitudes peleando por televisores en grandes almacenes, está cambiando drásticamente. Acorde a un interesante artículo del New York Times publicado este mismo 28 de noviembre por Kailyn Rhone, este año, una gran parte de los compradores, específicamente los de la generación Z, no estarán haciendo fila en las tiendas de lujo ni en los supermercados masivos. En su lugar, están volcando su atención —y sus billeteras— hacia tiendas de segunda mano, mercados de consignación y aplicaciones de reventa.
En el texto expuso el caso de Ella Henry, una estudiante de 21 años que el año pasado compró todos sus regalos de segunda mano para ahorrar dinero, pero en el proceso descubrió algo más valioso: la emoción de la "caza" y la sorpresa de encontrar objetos únicos que jamás vería en un escaparate convencional. Este año, su familia ha seguido su ejemplo: todos los regalos del amigo secreto deben ser, obligatoriamente, de segunda mano, de hecho irónicamente en nuestra redacción, algunos compañeros están haciendo lo propio, al grado de que me han encomendado encontrar un ¡iPhone 1!
Según el artículo un reporte reciente de eBay, cerca del 86 por ciento de la Generación Z afirma que es más probable que compre un regalo de segunda mano este año en comparación con años anteriores. Pero ¿qué está impulsando realmente este cambio cultural?
Más que ahorrar: Una declaración de identidad
Es innegable que el factor económico juega un papel crucial. Se espera que el gasto navideño de la Gen Z caiga un 23 por ciento este año. Sin embargo, para este grupo demográfico (de entre 13 y 28 años), comprar un suéter de marca usado que cuesta menos y dura más se siente como una victoria inteligente, no como un sacrificio.
Lo interesante es que la motivación trasciende el dinero. Estos jóvenes, nativos digitales que crecieron en las redes sociales, buscan piezas con carácter. Quieren algo único, algo con historia, algo que no se encuentre repetido mil veces en la vitrina de un centro comercial.
Para el usuario, esto significa una oportunidad de regalar objetos con alma. Al optar por lo vintage o de segunda mano, no solo estás cuidando tu presupuesto, sino que estás ofreciendo un regalo personalizado que demuestra que invertiste tiempo en encontrar algo especial para esa persona.
El efecto TikTok y la sostenibilidad
Esta tendencia no surgió de la noche a la mañana. Los confinamientos de la pandemia aceleraron el proceso. Como expone Rhone, Danielle Vermeer, jefa de producto en ThredUp, explica que los jóvenes, al pasar horas en TikTok, comenzaron a ver críticas sobre el impacto ambiental y laboral de la moda rápida (fast fashion).
Al reabrirse el mundo, las tiendas de segunda mano ofrecieron todo lo que esta generación anhelaba:
- Sostenibilidad: Reducir la huella de carbono reutilizando prendas existentes.
- Nostalgia: Acceso a modas pasadas (como la estética de los años 2000).
- Comunidad: Una razón física y social para salir de casa y compartir la experiencia.
Las redes sociales han convertido las compras de segunda mano en contenido viral. Los videos de "hauls" (muestras de compras), limpiezas de armario y desafíos de "outfits por $20 dólares" (unos 366 pesos al tipo de cambio de hoy) acumulan millones de visitas bajo etiquetas como #Thriftmas y #ThriftHaul. Para la Gen Z, ir a comprar es un evento social y documentable.
La trampa de las ofertas tradicionales
Mientras la segunda mano florece por su transparencia y valor, el mercado tradicional del Black Friday enfrenta escepticismo. Expertos de Wirecutter advierten que muchas ofertas son "basura". Los minoristas a menudo manipulan el precio sugerido por el fabricante (MSRP) para exagerar los descuentos. De casi 185,000 ofertas analizadas, menos del 1 por ciento fueron aprobadas como descuentos genuinos en productos de calidad.
Con esto podemos concluir que la Generación Z lo tiene claro: prefiere invertir en una chaqueta de cuero de los 90s con historia y calidad comprobada, que en un electrodoméstico mediocre con un descuento falso del 50%. Al final del día, esta generación nos está enseñando que el mejor regalo no es el más caro, sino el que tiene más significado y menor impacto en el planeta. Sin duda algo que las demás generaciones aún podemos replicar para nuestros regalos navideños.
Vladimir Arteaga Figueroa
Especialista de tendencias, lifestyle, Inteligencia Artificial, tecnología y videojuegos en Radiopolis...
