Carla Morrison y Pablo Alborán unen sus voces en 'Si Te Quedas', una canción perfecta para dedicar a tu casi algo

Carla Morrison está de regreso y no viene sola: la triple ganadora del Latin GRAMMY acaba de lanzar “Si Te Quedas”, su esperada colaboración con el cantautor español Pablo Alborán.

Dos de las voces más queridas de la música en español se unieron, y nos dieron una colaboración que no sabíamos que necesitábamos pero que definitivamente amamos.

¿Cómo suena?

“Si Te Quedas” llega como una de esas canciones que te rompen y te sanan al mismo tiempo. Morrison y Alborán construyen una atmósfera íntima y profundamente emocional, marcada por guitarras acústicas y arreglos de piano que van creciendo en una narrativa dramática, hasta envolverte por completo.

Las voces de ambos se unen y mezclan de una manera en que parece que estuvieran teniendo una conversación: natural y armoniosa. La melodía en su totalidad es triste, refleja una despedida amarga y nostálgica, que se refleja bien en la letra y el video musical.

¿De qué trata?

La letra explora ese momento incómodo y frágil en una relación donde quedarse o irse duele por igual. Esa súplica silenciosa que todos hemos sentido alguna vez.

Aborda el conflicto de una relación que nunca se concluyó, latente pero inexistente. Y el deseo de querer que funcione pero tener que rendirse y aceptar que no sucederá. Al mismo tiempo narra el sentimiento de sentirse "valorado" cuando todo se ha perdido. Y vivir atado a alguien que no te quiere pero no te deja ir tampoco.

Es la incertidumbre de un amor frágil y un poco tóxico: anhelar ser elegido por alguien que no sabe lo que quiere.

La voz etérea de Carla aporta esa fragilidad y sutileza de quién se rindió en un amor que creía real. Mientras que, la característica voz de Pablo añade un contraste envolvente, de pesar y dolor.

Pablo se entrelazan de forma tan natural que elevan la vulnerabilidad de la canción a otro nivel.

¡Escúchala ya!

La canción ya está disponible en todas las plataformas digitales. Corre a escucharla pero, eso sí, bajo tu propio riesgo porque si te logras identificar, seguro te hará soltar una que otra lágrima.