¿Por qué siempre tenemos las manos y los pies fríos? Razones científicas y cómo evitarlo
Conoce las razones científicas detrás de las extremidades heladas y cuándo es momento de consultar a un especialista

Sentir un escalofrío que comienza en la punta de los dedos es una experiencia común, especialmente durante los meses de invierno o al estar mucho tiempo sedentarios. Aunque para la mayoría se trata de una simple incomodidad, esta sensación tiene una explicación biológica fascinante. Científicamente, nuestras extremidades son las primeras en enfriarse porque son los puntos más alejados del núcleo del cuerpo, donde se genera y protege el calor vital.


¿Cuál es la explicación científica?
La clave reside en la termorregulación y el flujo sanguíneo. Nuestros órganos internos actúan como la calefacción central del cuerpo cuando estamos en reposo, mientras que los músculos toman ese papel al movernos. Sin embargo, las manos y los pies carecen de grandes masas musculares o capas significativas de grasa que sirvan como aislantes.
Para conservar la temperatura en los órganos vitales como el corazón y los pulmones, el cerebro activa un mecanismo de supervivencia: la vasoconstricción. Los pequeños vasos sanguíneos en las extremidades se estrechan, reduciendo el flujo de sangre hacia la piel para evitar que el calor se escape al ambiente. Como bien señala el Dr. Stephen Cheung de la Universidad de Brock en un artículo del New York Times, el cerebro decide que "puede vivir sin los pies, pero no sin el corazón", priorizando la irrigación del torso sobre los dedos.
¿Existen personas más propensas a sufrir de frío?
La ciencia indica que no todos reaccionamos igual ante las bajas temperaturas. Existen factores biológicos y demográficos que influyen directamente:
- Género: Las mujeres suelen sentir más frío en las extremidades debido a que sus vasos sanguíneos tienden a contraerse más rápidamente que los de los hombres ante estímulos gélidos.
- Composición corporal: Niños y personas con bajo peso tienen menos masa muscular para generar calor y menos grasa para retenerlo.
- Edad: En los adultos mayores, los nervios y los vasos sanguíneos pueden deteriorarse con el tiempo, afectando la eficiencia de la circulación.
- Condiciones médicas: El 5% de la población padece el Síndrome de Raynaud, donde el estrés o el frío causan espasmos arteriales que cambian el color de la piel a tonos azulados o pálidos.


¿Cómo podemos mejorar la temperatura corporal de forma efectiva?
Para combatir este problema, el beneficio real para el usuario no está en soluciones temporales, sino en un enfoque integral. Los expertos sugieren que la mejor forma de calentar las manos es, irónicamente, calentar el torso. Si el núcleo del cuerpo está caliente, el cerebro dejará de restringir el flujo sanguíneo hacia las extremidades.
Además, el ejercicio físico es la herramienta más potente: entre el 70% y el 80% de la energía que quemamos al movernos se libera en forma de calor. Al aumentar el ritmo cardíaco, el cuerpo se ve obligado a distribuir esa sangre cálida hacia los dedos. En casa, se recomienda un calentamiento gradual, como usar mantas, en lugar de cambios bruscos como el agua muy caliente, que pueden estresar los vasos sanguíneos y los nervios.
Es fundamental buscar atención médica si el frío es una novedad repentina, si hay dolor intenso, o si aparecen heridas que no sanan en los dedos, ya que podría indicar problemas como anemia, hipotiroidismo o enfermedad arterial periférica.

Vladimir Arteaga Figueroa
Especialista de tendencias, lifestyle, Inteligencia Artificial, tecnología y videojuegos en Radiopolis...


