Crítica de Anaconda (2025): un refrito que no tuvo miedo a ser su propia cosa

Jack Black y Paul Rudd protagonizan una comedia autoconsciente que, lejos de ser un refrito más, revitaliza la saga con una frescura inesperada

Seamos sinceros, vivimos en una época donde el remake y el refrito es rey. Todos los años vemos una creciente cantidad de re-interpretaciones de películas pasadas, en el caso de Disney algunos mediocres live action y de secuelas cuyo número ya ronda en los dos dígitos. Es por esto por lo que es tan refrescante cuando una película tiene la autoconciencia suficiente para darse cuenta de estas trampas y hacer algo diferente con su propuesta.

Anaconda (2025) es el debut directorial de Tom Gormican, quien fue el escritor de The Unbearable Weight of Massive Talent y la secuela de Beverly Hills Cop: Alex F que salió directamente en Netflix. El reparto incluye a Jack Black, Paul Rudd, Steve Zahn y Thandie Newton así como dos estrellas brasileñas: Daniela Melchior y Selton Mello.

En esta ocasión seguimos a un grupo de amigos cuyas vidas no salieron exactamente como esperaban. De niños hacían pequeñas películas caseras y les encantaba, pero ahora ya adultos se dedican a otras cosas así que, llenos de pasión después de una reunión de cumpleaños, deciden ir al Amazonas a grabar un reboot de Anaconda. Así es, esta película es un reboot en donde dentro del propio reboot intentan grabar un reboot pero terminan siendo parte de un reboot, así como se lee.

Este enfoque metatextual le da a toda la película un aire extremadamente fresco que se mantiene a lo largo de toda la película. Es una película está llena de amor por el filme original, pero también por el arte de hacer películas, el proceso de grabación y a la aventura que es una producción. No obstante, es muy graciosa.

Después de The Unbearable Weight of Massive Talent, me queda claro que Tom Gormican entiende bastante bien cómo funciona una comedia y lo complementa muy bien con un diálogo que es actualmente chistoso, y un ritmo de edición y encuadres que suman a los chistes.La decisión de hacer una historia super meta no se siente como algo forzado, sino como un vehículo para hacer algo más creativo. Nunca intenta ser un remake de Anaconda; al contrario, el planteamiento les permitió contar una historia original que existe gracias al reboot, pero que no está atada a él. La película entiende muy bien lo que quiere ser: una comedia. Jamás pierde de vista que su principal misión es hacerte reír, y esa claridad e intención le suma muchísimo.

El humor en sí es un balance entre diálogos bien escritos, comedia física y un poco de violencia exagerada gracias a la serpiente gigante. Hay momentos de humor negro bien colocados, usados en momentos bien atinados, y aunque a veces usa referencias a la Anaconda original, lo hace más como un premio a los fans que como la base de sus chistes. Esto refuerza que se sienta como algo más original, no necesitas haber visto la Anaconda original, ni siquiera acordarse bien que pasa en ella para disfrutar esta película.

Otro punto a destacar son las actuaciones. El elenco, en general, opta por papeles sorprendentemente sobrios para lo que podría haber sido una comedia muy exagerada. Son adultos funcionales, normales, metidos en una situación que los rebasa por completo, y eso es gran parte del encanto. El único que es más un personaje completamente raro Selton Mello como el entrenador de la serpiente, que es como un comic relief más caricaturesco, pero lejos de romper el tono, lo complementa.

A pesar de no tener la película original nada fresca en la memoria, el cariño hacia la Anaconda es más que evidente. Eso sí, esta no es una película de terror ni quiere serlo. Estamos ante otro género completamente distinto. Aun así, la serpiente nunca deja de sentirse como una amenaza real dentro de la película, lo cual mantiene viva la tensión y una sensación de peligro cuando es necesario.

En los aspectos técnicos, la película entiende perfectamente sus limitaciones e hizo un gran trabajo con su escala y presupuesto. No depende de grandes escenas de efectos visuales. El CGI se concentra casi exclusivamente en la anaconda y se usa solo cuando es necesario. No se ve real, para nada, pero cumple su función perfectamente. Las locaciones naturales sí aportan una sensación auténtica de jungla amazónica, y el barco donde transcurre buena parte de la historia está muy bien aprovechado. La película dura una hora cuarenta, el ritmo es ágil y se pasa volando.

Al final, lo que aporta Anaconda (2025) es frescura. Es una buena película con un ángulo original a su historia y es recomendable para cualquier fan de la comedia, un género que hoy se ve cada vez menos en salas, además de que su mezcla de acción y aventura le dan un toque especial. Probablemente no sea para quienes no toleran a Jack Black o para quienes le tienen miedo a las serpientes, pero fuera de eso, es una sorpresa muy agradable.

En una época saturada de remakes, este brilla por su originalidad. Claramente tiene respeto por su origen, pero no depende de él y es lo suficientemente seguro de sí mismo como para convertirse en su propia cosa por completo.

Calificación 8

Por Carlos Izcoa

Publirrelacionista con especial énfasis en la industria de videojuegos con más de 9 años de experiencia. Ha trabajado con empresas de tecnología mundiales, como HONOR, The Pokémon Company, Twitch, OnePlus, Square Enix, Bandai Namco y Activision Blizzard desarrollando sus estrategias de comunicación y campañas de lanzamiento

Vladimir Arteaga Figueroa

Especialista de tendencias, lifestyle, Inteligencia...