Adiós a Brigitte Bardot, el mito que prefirió a los animales sobre Hollywood

El cine francés y el activismo mundial están de luto. Este domingo, a los 91 años, ha fallecido Brigitte Bardot en su refugio de Saint-Tropez. Pero quedarse solo con el dato de su muerte sería injusto para una figura que vivió, al menos, tres vidas en una. "BB" no solo fue la mujer que escandalizó al Vaticano en los años 50; fue la activista que nos enseñó a mirar a los animales con compasión y la voz discordante que nunca tuvo miedo de ir contra la corriente, incluso cuando eso significaba enfrentarse a movimientos como el #MeToo.

Aquí te explicamos por qué su partida marca el fin de una era y cómo su figura compleja transformó tanto la pantalla grande como la conciencia ecológica.

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De símbolo sexual a ícono renegado

Para entender a Bardot, hay que entender el impacto de Y Dios creó a la mujer (1956). En una época de corsés morales, ella apareció bailando descalza, despeinada y libre. No actuaba para la cámara; vivía ante ella. Sin embargo, su relación con la fama fue tóxica. En 1973, en la cúspide de su carrera, dio un portazo definitivo a la industria.

¿El motivo? Sentía que el cine la estaba consumiendo. "Le di mi juventud y mi belleza a los hombres; ahora le doy mi sabiduría y mi experiencia a los animales", declaró en una de sus frases más célebres. Esta decisión no fue un capricho, fue el inicio de su verdadera vocación, alejándose de los focos para ensuciarse las manos en el activismo real.

¿Por qué chocó contra el feminismo moderno?

Este es uno de los puntos más delicados y fascinantes de su biografía. Aunque Bardot fue un emblema de la emancipación femenina en los 60 —manejaba su sexualidad sin pedir permiso a nadie—, en sus últimos años se posicionó fuertemente en contra del feminismo contemporáneo.

Brigitte no tenía filtros y sus declaraciones sobre el movimiento #MeToo causaron revuelo. Calificó muchas de las denuncias de acoso en Hollywood como "hipócritas y ridículas". Sostenía una postura que muchos consideraron de otra época: afirmaba que le parecía "encantador" que le dijeran que tenía un "buen trasero" y argumentaba que muchas actrices "calentaban a los productores" para luego quejarse si no obtenían el papel.

Puntos clave de su postura:

• Rechazo al victimismo: Creía que el movimiento actual infantilizaba a la mujer.
• Defensa de la galantería: Para ella, el cortejo y los piropos no eran agresiones, sino parte del juego de la seducción.
• Libertad individual: Siempre priorizó su libertad personal por encima de la "sororidad" colectiva, lo que le valió críticas feroces de colectivos feministas, pero aplausos de sectores conservadores que veían en ella una autenticidad perdida.

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Su legado indiscutible: La Fundación Brigitte Bardot

Si su opinión sobre el feminismo divide, su trabajo por los animales une. Bardot no fue una activista de alfombra roja; fue una guerrera. En 1986 vendió sus joyas y objetos personales para crear la Fundación Brigitte Bardot, una entidad que hoy es referente mundial.

¿Cómo impactó esto en el mundo real? Gracias a su presión mediática, logramos ver cambios tangibles:

• La matanza de focas: Esa foto de ella abrazada a una foca bebé en los hielos de Canadá no fue solo una imagen bonita; forzó a Europa a prohibir la importación de pieles de foca.
• El maltrato en mataderos: Fue pionera en denunciar las condiciones inhumanas del sacrificio animal, un tema que nadie quería tocar en los años 70 y 80.

Brigitte Bardot se va como vivió: sin pedir disculpas por ser quien era. Nos deja una filmografía eléctrica, pero, sobre todo, nos deja una lección de coherencia brutal: usó su fama no para enriquecerse, sino para dar voz a los que no la tienen.