Bailando en las nubes

"Allí arriba sientes libertad, tu cuerpo segrega mucha adrenalina",

Los “wing walker” bailan, con la diferencia de que no lo hacen en un escenario, sino sobre la estructura de un avión.

Los "wing walker" son bailarines, pero su danza tiene una peculiaridad, y es que no se ejecuta sobre una tarima, sino en la estructura de un avión en pleno vuelo, a 600 metros de altitud y a 240 kilómetros por hora. Practican el "wing walking" o circo aéreo, una modalidad solo regulada en seis países que cumple un sueño ancestral: volar sin alas.

Los pilotos de la Primera Guerra Mundial fueron los primeros en ver en esta disciplina un modo de ganarse la vida y se subieron a los aviones, no para pilotarlos, sino para realizar complejas y peligrosas exhibiciones en la que demostraban su destreza como acróbatas y bailarines, en las alas o en el parabrisas de las aeronaves. ¿QUIÉN DIJO MIEDO?

Los sentimientos se confunden en las alturas; los "wing walker" dicen no experimentar miedo, pero sí respeto.

Tratan de dejar al público boquiabierto, pero sabiendo que la seguridad es lo primero, algo que no tenían en cuenta los "wing walker" de la Gran Guerra, que no dudaban en acompañar sus números con fuego o peligrosas y arriesgadas maniobras.

"Allí arriba sientes libertad, es como estar enamorado a lo bestia. Tu cuerpo segrega mucha adrenalina", dice la "wing walker" española, Ainhoa Sánchez, quien agrega: "me convierto en un trozo más del avión".

El objetivo de esta "wing walker" se encamina a conseguir un patrocinador que sufrague los gastos de restauración de un biplano de madera y tela, de los años treinta, con el que podría realizar sus exhibiciones aéreas de "wing walking", modalidad solo regulada, de momento, en Brasil, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suecia y Reino Unido.