No le digas "gugu tata" al bebé
Captar sonidos no tan claros sugiere que el sobre esfuerzo de los adultos puede no ser necesario.
La gente tiene una manera particular de hablar con los bebés y niños pequeños: Hablamos más lentamente, con una voz cantadita, y tendemos a usar palabras cursis como "pancita" en lugar de estómago.
Aunque podríamos estar inclinados a pensar que hablamos de esta manera porque es más fácil para los niños entender, una nueva investigación publicada en la revista Psychological Science sugiere que, sorprendentemente, las madres realmente pueden estar siendo menos claras con sus hijos al cambiar su forma de hablar.
La investigación representa un esfuerzo de colaboración entre los científicos del Instituto de Ciencia del Cerebro RIKEN (BSI) en Japón y los investigadores de las Laboratorio de Psicolinguística y Ciencias Cognitivas en París. Usando muestras de voz grabadas los dos equipos se dispusieron a probar la hipótesis ampliamente aceptada de que los padres pronuncian los sonidos más claramente a la hora de abordar a los niños en un intento inconsciente por ayudarles a aprender los sonidos de la lengua.
Los investigadores comenzaron a grabar el discurso de 22 madres japonesas hablando a un niño y a un adulto, y luego anotaron estas grabaciones con transcripciones detalladas del discurso de cada madre. A continuación, se aplicó una técnica desarrollada por el equipo de París para medir la similitud acústica entre dos sílabas, como "pa" y "ba”, o “po” y “bo”. El grupo utilizó este proceso para examinar la sílaba más frecuente. Los resultados fueron sorprendentes: las madres hablaron un poco menos claro al hablar con sus hijos.
Este descubrimiento es importante porque desafía la opinión generalizada de que los padres y madres deben sobre-articular", dijo Alejandrina Cristia, una de los científicas de París.
Nuestros resultados sugieren que, al menos para el aprendizaje de contrastes sonoros, el secreto de la genialidad de aprendizaje de idiomas de los bebés puede estar en los bebés mismos. El hecho de que sean capaces de captar sonidos no tan claros sugiere que el sobre esfuerzo de los adultos puede no ser necesario", explicó Andrew Martin, el primer autor del artículo.
