El hombre que puede saborear el sonido

“Ve los días de la semana como colores”

James Wannerton tiene una increíble habilidad: puede saborear el sonido. Si bien esto puede sonar absurdo, es una realidad para las personas que tienen una condición llamada sinestesia, que permite asimilar varias sensaciones de diferentes sentidos en el mismo acto.

Incluso cuando era un niño, siempre experimentaba un gusto involuntario en su lengua cada vez que escuchaba un sonido. Asociaba a la mayoría de los monarcas británicos con un gusto específico, haciendo que sea más fácil para él recordar hechos y eventos. Esta ventaja siempre lo ayudo a que le vaya bien en el colegio.

Cuando creció, James descubrió que su habilidad lo ayudó en otros aspectos de su vida. Por ejemplo, sus relaciones también fueron también deliciosas: eligió a sus compañías no por cómo lucían o su personalidad, sino por cómo sus nombres le sabían a sus papilas gustativas. “Siempre he preferido a mi mamá en comparación a mi papá porque mi mamá sabe mejor, él tiene gusto a chícharos, mientras que ella a helado.

Varias teorías tratan de explicar por qué esto ocurre y algunas dicen que se debe a cruces en ciertos sectores del cerebro.

James parece haber heredado esta condición de su madre que “ve los días de la semana como colores”.

 James Wannerton tiene una increíble habilidad: puede saborear el sonido. Si bien esto puede sonar absurdo, es una realidad para las personas que tienen una condición llamada sinestesia, que permite asimilar varias sensaciones de diferentes sentidos en el mismo acto.

Incluso cuando era un niño, siempre experimentaba un gusto involuntario en su lengua cada vez que escuchaba un sonido. Asociaba a la mayoría de los monarcas británicos con un gusto específico, haciendo que sea más fácil para él recordar hechos y eventos. Esta ventaja siempre lo ayudo a que le vaya bien en el colegio.

Cuando creció, James descubrió que su habilidad lo ayudó en otros aspectos de su vida. Por ejemplo, sus relaciones también fueron también deliciosas: eligió a sus compañías no por cómo lucían o su personalidad, sino por cómo sus nombres le sabían a sus papilas gustativas. “Siempre he preferido a mi mamá en comparación a mi papá porque mi mamá sabe mejor, él tiene gusto a chícharos, mientras que ella a helado.

Varias teorías tratan de explicar por qué esto ocurre y algunas dicen que se debe a cruces en ciertos sectores del cerebro.

James parece haber heredado esta condición de su madre que “ve los días de la semana como colores”.