Que el Año Nuevo no te sorprenda con los calzones equivocados

¿Funciona el ritual de usar calzones de colores?

Los chones pueden marcarte, por el elástico (si eres de barriga), o si no escoges los del color correcto para tu ritual de fin de 2014...

No sé quién dijo, aseguró o juró que este famoso ritual de recibir el Año Nuevo con los calzones de colores funcionaba y era digno de aplicarse en nuestro país.

Los rojos: quesque son para el amor.

Los amarillos: para la marmaja, osease, el dinero.

El chiste está en que ese día 31 de diciembre antes de las 12 campanadas, aparte de atragantarte de uvas y hacerte bolas con la cantidad de deseos que debes de pedir, al mismo tiempo que devoras a las canijas, tienes que vestir un calzón del color de lo que requieras o más te haga falta para el año que está por comenzar.

El fin de año de 2013 me decidí a seguir esta tradición que ninguno de los anteriores había querido practicar, pues la verdad no soy muy creyente de estas cosas, yo creo más en que si quieres algo debes de luchar y trabajar para conseguirlo, pero digamos que ese año no me había ido nada bien, ni con el dinero y menos con las mujeres.

Así que me decidí a que más que amor necesitaba dinero, pues sin lana ese amor se me podía ir al no tener con que llenarla de lujos y cariñitos.

Me compré mis chones amarillos, chulos los condenados, pero una tía me dijo: "No, hijo, así no funciona, no los debes de comprar tú, te los deben de regalar para que en verdad funcione".

Así que me puse de acuerdo con mi primo y nos regalamos calzones; él buscaba amor, así que le compré unos rojos, a mí lo que me preocupaba era la lana, así que le pedí unos amarillos.

Nos dispusimos a ponernos guapos para la pachanga y en eso, se fue la mugre luz en toda la cuadra, nos tuvimos que vestir a oscuras y en chinga porque ya se nos estaban pasando las dichosas campanadas, se nos estaba enfriando el pavo y también la cena.

A la luz de las velas, como en película así de romance, hicimos nuestro ritual de las uvas, los deseos, el abrazo y todo el show, pero al llegar la luz me dieron ganas de hacer pipí, fui al baño y ¡ohhh sorpresa! Traía los chones rojos de mi primo, me dio un chingo de coraje haberme equivocado.

Pero a unas semanas de terminar este 2014, les puedo asegurar que no soy millonario pero sí, sí estoy llenísimo de amor. ¡Felices fiestas y rituales! .