La muñeca inflable nazi
Así era la muñeca inflable que mandó a preparar Adolf Hitler
En junio de 2005, los medios de comunicación hicieron eco de una revelación sorprendente: En plena Segunda Guerra Mundial Hitler encargó la fabricación de una muñeca hinchable que se repartiría entre los soldados alemanes para que pudieran satisfacer sus necesidades sexuales en el frente sin riesgo de sufrir el contagio de una enfermedad venérea. Al menos eso se mencionó en los diarios más prestigiosos y algunos noticiarios televisivos.
La idea era que cada soldado cargara con una muñeca en su mochila junto con el resto de los objetos vitales para su supervivencia.
Al parecer, en 1940, el dictador pidió al doctor danés Olen Hannussen que creara un prototipo de muñeca en plástico galvanizado, que sería más tarde fabricada en Dresde.
La muñeca nazi, obviamente, tenía que ser rubia, blanca y de ojos azules. Según una supuesta carta del Führer dirigida a Hanussen, debía tener una altura de 1,76 m., labios y pechos grandes, piernas, brazos y cabeza articulada y un ombligo bien diseñado. Se le bautizó con el nombre de Borghild, extraído de la mitología nórdica.