¿Síndrome Amy Winehouse?
Una condición muy peligrosa que podrías NO saber que la tienes.
Una voz ardiente, fama incontrolable, un cabello que guardaba muchos misterios, amor, desamor, relaciones dañinas, éxito desmedido y al final una nebulosidad de la cual ya nadie pudo salvarla son unos pocos momentos que definen a Amy Winehouse, quién no lograba disfrutar al cien su fama.
Amy nunca dejó de ser una chica que quería ser rescatada, atándose a un pasado que le dolía, una chica vulnerable que necesitaba sentir amor desmedido, encontrando una salida en las drogas y el alcohol. Necesitaba un amante que la cuidara y diera todo por ella, no le bastaba con que un hombre la quisiera, confiaba más en el gran amor de su vida, Blake Fielder, que en ella misma; dejándose llevar por lo bueno y lo malo, dando el todo por el todo con tal de siempre tener su amor, no vio que Blake era más fuerte que ella. Sin embargo esta relación siempre fue un amor confuso para Amy, quién no encontró la salida.
Abandonando al gran amor de su vida, jugo mal la última partida, dejándonos las letras más sensibles y tristes; enérgicas y doloras, muchas dudas y enseñanzas ya que el síndrome de Amy Winehouse todas lo hemos vivido alguna vez en una relación que no dejamos en el pasado por miedo a soltar y olvidar, perdernos en el intento y sufrir dándonos cuenta que ya no somos nosotras, que todo fue más fuerte que nuestro amor propio.
Amar al amor y estar enamorado de este sentimiento no es lo mismo que amar a alguien, a una persona que también nos quiera. La adicción de siempre tener a una persona cerca, a quién querer, a quién escribirle, quién nos abrace o nos diga cosas lindas, necesitar demostrar el amor en público y las redes sociales para no sentir un vacío, depender de la compañía de una persona para no tener depresión, y sentirnos “las elegidas” sólo por llevar a alguien de la mano no significa estar bien emocionalmente ni tener una buena relación de pareja. Todo esto genera un desequilibrio emocional e inseguridad entre nuestro amor y el que deseamos tener o recibir de un ser. Queremos que esa persona sea de nuestra propiedad, que sólo seamos su mundo, exigiéndole el todo por el todo no sólo cariño o atención, sino algo imposible que al final nos deja en donde empezamos, la soledad.
Ser la niña grande nos resulta casi imposible ya que estar simplemente con nosotras mismas es muy difícil, hacernos cargo de lo nuestro no es probable con todo lo que nos acongoja, y entonces buscamos los brazos de alguien que nos haga sentir seguras a pesar de que sea lo menos estable que tengamos, nos quedamos sin nada para dar, sin nada que ofrecernos a nosotras, nos quedamos vacías dentro de un hoyo del que tenemos que salir solas.
Entonces regresamos con Amy, nunca nada le fue suficiente a pesar de tenerlo todo jamás dejó de pensar en Fielder y en cómo no podía sin él. Miedo, ansiedad, problemas, depresión y desesperación… Sensaciones que en algún momento todas hemos sentido pero nos da miedo encarar y no las dejamos ir. Amy encontraba la calma al plasmar en sus canciones todo lo que sentía sin embargo no pudo eliminar todo lo que le dañaba.
El éxito profesional, fama, dinero, poder y reconocimiento no son las causas, ni lo que envuelve a este síndrome. Síndrome es definido como un conjunto de síntomas característicos de una enfermedad, lo cual nos lleva a decir que las personas que padecemos esto estamos en un clamor exasperado de un vacío que ha crecido demasiado dentro de nosotras. Miedo a triunfar, al fracaso, un pasado que no queremos soltar, estar con personas tóxicas y nocivas, amores que nos hieren, no hacernos a la idea de que tenemos que crecer y hacernos cargo de nosotras mismas, sin depender de nadie; negar la realidad y evitarla por miedo a darnos cuenta de lo mal que estamos, no encontrar la manera de decir lo que queremos o sentimos y hacernos vulnerables dependiendo de alguien más, alguien que nos de cariño desmedido y empeñarnos a que funcione esa relación aunque nos termine de quitar lo poco que nos queda por dar. Todo esto es lo que el síndrome Amy Winehouse nos lleva a padecer.
Sanar la mente, el corazón y el alma a es una tarea de uno mismo, creer que los demás o que la persona que amamos tendrá las respuesta y la cura es lo que nos hace no poder salir del este mal. La tristeza, el llanto y de vez en cuando ser vulnerable y deprimirnos no está mal, no obstante el depositar nuestra felicidad en alguien más y depender de ello es el tema central de este padecimiento, ya que si nosotras no nos arreglamos nadie más podrá hacerlo.