Por esta razón no soportas escuchar a alguien masticar

Una enfermedad que causa traumas severos

La misofonía Este trastorno se caracteriza por la manera en la que simples ruidos de intensidad baja son capaces de desencadenar aversión, pueden ser sonidos como el masticar, el rechinido de una silla o incluso el rascarse.

Según explicó a Motherboard el doctor Arjan Schröder, psiquiatra en el Academical Medical Center de Amsterdam, "se inicia por lo general alrededor de los 13 o 14 años, cuando la mayoría de trastornos psiquiátricos comienzan. Se produce más en familias, por lo que es probable que tenga un componente genético. La misofonía es un problema por el que se realiza una conexión entre un sonido neutral y una emoción aversiva".

El término misofonía fue acuñado en el año 2000 por los neurocientíficos Pawel y Margaret Jastreboff, que lo definieron como un decremento de tolerancia a determinados sonidos. Se cree que su origen se encuentra localizado en las altas estructuras del sistema nervioso central y podría tener que ver con un daño en la corteza prefrontal medial, algo similar al que se produce entre los afectados por hiperacusia.

Esta enfermedad fue descubierta recientemente, es por esto que todavía no aparece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Pero en 2013, un grupo de psiquiatras holandeses, expusieron los criterios de diagnóstico de la enfermedad y pidieron que esta se pudiera clasificar como trastorno psiquiátrico.

"Para las personas que llegan al centro, los síntomas son tan severos que claramente les provocan sufrimiento. No pueden comer con otras personas, dormir con alguien más en la misma habitación o a veces ni siquiera pueden ir a trabajar. La misofonía tiene un efecto tan potente en ellos que comienzan a evitar ir a ciertos lugares y eso sólo lo empeora", explica la doctora Schröder en una entrevista.

Desgraciadamente, son muy pocas las instituciones que reconocen la enfermedad y ofrecen un tratamiento médico, y entre ellos se encuentra el ya citado Academical Medical Center de Amsterdam. Allí, los enfermos que acuden afectados por esta patología son sometidos a una terapia cognitivo-conductual combinada con el uso de dispositivos de ruido blanco (zumbidos que ahogan ruidos molestos).