¿Qué aprendes en el curso de Exorcismo en el Vaticano?
No se dan abasto con las inscripciones
Han pasado ya 13 años desde que el Vaticano impartió el primer curso de exorcismo pero al parecer el demonio paseé, cada vez a más gente en la tierra y la Universidad Pontificia Regina Apostolorum, en Roma, ya puso manos a la obra.
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Se impartió un nuevo curso donde los asistentes aprendieron técnicas bastante útiles en el acto del exorcismo, como hablar con Belcebú para que salga del cuerpo de la víctima, además les enseñaron a distinguir entre un enfermo mental y un poseído.
Es decir, en pleno 2018, estamos hablando de que el demonio se le mete a la gente y a través de algunos pasos mágicos, un tipo es capaz de sacarlo del cuerpo, apoyado del poder de dios.
La inscripción tiene un costo de 300 euros y 250 adicionales si quieres traducción en tiempo real, cabe resaltar que, no es un seminario exclusivo para sacerdotes pues 250 personas de 50 países acudieron y algunos de ellos no son curas, solo querían conocer.
La única realidad es que una persona puede estar enferma psiquiátricamente o estar fingiendo, pues ante la ciencia es imposible que un “demonio” se “apodere de un ser humano”.
Después de realizar el pago de la matrícula, los estudiantes tienen un temario muy variado, se abordaron temas como teología, psicología y antropología, con temas dedicados a la brujería africana, que le da mucho miedo al vaticano porque representa la competencia.
El cardenal albanés Ernes Simoni de 89 años, ya está grande y le da “flojera” desplazarse, entonces los exorcismos los está haciendo por teléfono, para referirse al su audiencia pronuncia las oraciones en latín que en español significan “me llaman y hablamos” y para hablar con el diablo dice la siguiente frase “cállate satanás”.
La demanda de casos de posesión ha aumentado tanto, que edición tras edición crece el número de inscritos, al grado de que las diócesis como la de Sicilia o la ciudad de Chicago han creado sus propios cursos para abastecer los exorcismos.
Este tipo de cosas deberían estar en extinción y no en pleno desarrollo, pues es lamentable que la religión se aproveche de las personas, pero también es cierto que se convive con este tipo de temas durante toda la vida, hasta el grado de que algunos se la creen.