La llave de la eterna juventud

Transfusión de sangre joven

Desde que Mark Zuckerberg dijera aquello de que los jóvenes son más inteligentes, la eterna juventud es en Silicon Valley el gran desafío y la sangre adolescente se ha convertido en el nuevo objeto de deseo. No podía ser otro el lugar elegido por el empresario y médico Jesse Karmazin para seducir a gurús forrados de millones dispuestos a pagar cualquier precio por probar su último elixir: transfusiones de sangre joven. 8.000 dólares por cada dosis de dos litros y medio de plasma. A cambio, la promesa de volver a tener la agilidad mental y física de un veinteañero.

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Karmazin, quien ya abrió una pequeña clínica en la ciudad californiana de Monterrey para estos menesteres, se muestra pudoroso a la hora de pronunciar la palabra panacea, pero está convencido de que “algo hay en la sangre adolescente. Sea lo que sea, está causando cambios que llevan a pensar que se puede invertir el envejecimiento”. Un mes después de la transfusión, Karmazin asegura que sus pacientes se sienten con más energía y presentan un 21 % menos de antígenos carcinoembrionarios (que se asocian con el cáncer de pulmón, colon y ovario), un 10 % menos de proteínas relacionadas con el riesgo cardiovascular y un 20 % menos de placas amiloides, precursoras del alzhéimer. Él lo achaca a que la sangre de un organismo joven es rica en proteínas que mejoran la función celular y estimulan la producción de nuevas células en el receptor.

Los resultados están siendo recibidos con incredulidad y, los expertos avisan del posible fraude. Martín Manceñido Fuertes, presidente de la Federación Española de Sangre, nos da su punto de vista y se expresa categórico: “La sangre de jóvenes no tiene el poder de rejuvenecer. Es un mito que viene de hace siglos. Recordemos que los romanos querían beber sangre de los gladiadores porque estaban convencidos de que les daría fortaleza y lozanía”.