5 consejos para ser elegante

¿Necesitamos ser elegantes siempre? Recuerda que tu apariencia es tu carta de presentación

Primero lo primero, dejemos claro el concepto de elegancia. La elegancia se define por excelencia por la eficacia y sencillez.

¿Has escuchado que el negro es elegante? Efectivamente, el negro es un color elegante, puesto que es muy eficiente, se puede ocupar en muchas texturas, combinaciones, y es de diseño sencillo, fácil de combinar, etc.

La pregunta es, ¿Podemos todos ser elegantes?, o mejor aún, ¿debemos ser elegantes?

Hay gente que nace con la gracia, y habemos otros que no, pero podemos aprender.

La elegancia se puede conseguir, es una apariencia y un comportamiento que se puede adquirir a través de la práctica continua de los siguientes 5 pasos.

Recordemos las 2 características identificados oras de la elegancia, la eficacia y la sencillez, porque ambas dan pie a las siguientes recomendaciones.

1. La elegancia tiene que parecerse a una línea vertical.

 Todo lo que se relaciona con la elegancia, se identifica por tener una esencia sencillo y estilizada. Por ejemplo, los rizos y el pelo liso.

Las curvas de los rizos dan más una imagen de diversión, libertad, espontaneidad, etc. Que por el contrario, el pelo liso comunica más sobriedad, porte, y que definitivamente puede parecer más elegante.

Lo mismo pasa con las prendas de vestir. Todo lo que tenga volantes, estampados grandes y coloridos, no es elegante. La indumentaria sencilla y que genere poco contraste.

Este fenómeno se repite en el cuerpo. Los cuerpos curvilíneos se relacionan mentalmente con lo divertido y llamativo. Digamos que, una persona voluptuosa tiene menos posibilidades visuales de parecer elegante.

Para verse elegante, se deben encontrar prendas que desdibujen las curvas y creen líneas verticales, y más estructuradas.

No ser elegante, no significa necesariamente ser vulgar, Hay un espectro muy amplio de posibilidades en medio.

Una vez más, se basa en la línea vertical

Claramente, la postura erguida nos hace ver más elegantes, más importantes y más altos.

Al sentarse, se debe procurar mantener la postura.

Tip para las mujeres: acostumbrarse a cruzar los tobillos y no la pierna completa. Es una forma que dará una forma más estilizada al cuerpo, y es mucho más elegante.

  1. Gestos y ademanes armoniosos.

Los ademanes deben ser controlados y los gestos sutiles y delicados.

Las sonrisas elegantes son discretas, pero que generan un gesto amable.

El movimiento de los brazos no debe separase demasiado del cuerpo.

Los pasos al caminar, deben ser livianos y medianos.

El comportamiento, como la ropa, deben ser sencillos y armoniosos.

4. Expresión oral- Tono, timbre, ritmo y contenido.

La elegancia se distingue por su sencillez, el tono de voz debe ser moderado, nunca escandaloso, ni que llamé mucho la atención. Recuerda que lo elegante es discreto. Las personas elegantes no hablan demasiado rápido. Lo hacen a un ritmo moderado y entendible.

Las personas elegantes no acostumbran enredarse en chismes, ni en hablar mal de los demás. Evitan el escándalo y el conflicto.

5. Presencia- Saber estar.

Una persona elegante se distingue por tener una actitud armoniosa, optimista y alegre.

La prepotencia y altivez no se relacionan con la elegancia.

Ser grosero y despectivo es todo lo contrario a ser elegante.

Piensa en cómo se comportan los príncipes de Inglaterra. Son mesurados y sonrientes.

¿Necesitamos ser elegantes siempre?

Para nada, pero definitivamente debemos saber serlo, para cuando se presente la ocasión.