Trials Rising, Reseña
Un poco de acción, una dosis de humor y una gran cucharada de dificultad
Un juego que te hará reír más que el mejor chiste
Tal vez algunos de ustedes no lo recuerden, pero hace unos ayeres los videojuegos se trataban de obtener la puntuación más alta. Nada de historia o árbol de habilidades. Simplemente tu habilidad y un control, tratando de vencer a los demás en su propio juego. Desde la serie de Tony Hawk, no nos encontrábamos con un juego que nos demandara tanta pericia y que nos enganchara tanto como Trials Rising.
Trials Rising (y la serie Trials en general) te pone a bordo de una motocicleta para cruzar pistas a campo traviesa. Eso y nada más. No hay una gran narrativa detrás del juego. Simplemente eres un motociclista yendo por el mundo para enfrentar las pistas más complicadas y exuberantes del mundo. Recorre el mapa, gana carreras y obtén premios para personalizar a tu piloto o tu moto. Los controles no pueden ser más simples: aceleras con un botón y te balanceas con el stick izquierdo. Pero la dificultad radica en balancear tu aceleración y el peso de la moto para pasar por las rampas, lomas y trampas de cada pista. Y ahí es donde la dificultad del juego radica.
A pesar de lo simple de su diseño, Trials Rising está como para arrancarte el cabello de coraje. Cada salto, rampa, anillo y trampa requiere de precisión absoluta para aterrizar sin perder tiempo y seguir adelante en la carrera. A veces, esta delicadeza requiere literalmente de perfección en un salto o que desaceleres en el momento preciso. Lograr este balance es donde radica la dificultad del juego, pero Trials de ningún modo es un juego tramposo, si fallas es por tu culpa y nada más. Poco a poco irás refinando tus habilidades para darte cuenta en dónde fallaste. Cada pista cuenta con checkpoints después de cada maniobra difícil, por lo que puedes reanudar la acción (o incluso repetir todo) con un botón de forma inmediata. Así es como comenzarás tu relación masoquista con Trials Rising. Choca. Repite. Choca. Repite. Mejora tu tiempo. Choca justo antes de llegar a la meta. Enójate mil veces. Repite. Cada vez que repites una pista, sabes perfectamente que fue porque no diste el salto en el momento correcto, no giraste al ángulo adecuado o aceleraste demasiado. ¡Lo sabes! Y por lo mismo estás dispuesto a repetirlo y demostrarle a Trials quién es el jefe o la jefa aquí.
De las modalidades más alocadas, definitivamente es el multijugador, si tienes oportunidad de jugar con algún amigo, verás cómo gritas por estrés ya que en una de las opciones ambos tendrán que controlas la misma moto, sí, así como lo lees, esto sin duda trae un reto mucho mayor, ya que la física y la comunicación con tu compañero serán clave.
En el aspecto gráfico, Trials no va a ganar ningún premio en la versión de Switch, apenabas pasaba por un juego de Xbox 360 de primera generación. Muchas texturas aparecen de repente, los bordes de los modelos están muy pixelados y casi no tiene efectos de luz y partículas. Eso sí, la acción nunca se traba o se detiene. Además, el soundtrack ayuda perfectamente a mantenerte en ese estado de emoción extrema. Nada más satisfactorio que lograr brincar por encima de un precipicio mientras un montón de rock suena de fondo.
Por otro lado, tenemos la versión de consola que es excelsa, no le falta prácticamente nada, los cuadros por segundo fluyen y los entornos, así como las texturas lucen perfectos, algo que lo hace distante de su contraparte de Switch, lo que es una realidad es que el juego en todas sus versiones, permanece en su esencia.
Trials Rising tiene el balance perfecto entre diversión y reto. Tal vez no sea un título triple A con una historia ganadora de premios y gráficos de última generación. Sin embargo, una vez que entiendas lo básico del juego, lo vas a querer jugar una y otra vez para mejorar tus tiempos, por otro lado su modo multijugador es sencillamente único.
Calificación: 9
Por: Rolando Vera en la versión de Switch y Vladimir Arteaga en Xbox One
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