Tus emociones, las responsables de que no bajes de peso
Lo peor que puedes hacer es comer de más si estás feliz, triste o lo que sea
Lo peor que puedes hacerle a tu cuerpo es dejar que tus emociones afecten tu forma de comer porque o engordas o te malpasas. Y es que aunque no lo creas, tu estado de ánimo puede influir en tu alimentación.
¿Peleaste con tu pareja?, ¿Te corrieron del trabajo?, ¿Tuviste una triste pérdida?, ¿Te estresa algo? Tal vez no lo hayas notado pero cuando tienes un estado de ánimo triste, a veces te consuelas comiendo, generando un patrón que a la larga, provoca subida de peso.
Pero eso no es todo, cuando uno tiene un sentimiento intenso puede manifestarse de forma contraria pero igual de peligroso, es decir, sin comer nada. Tu cuerpo necesita energía y al tener una mala alimentación se va consumiendo tus reservas y eso es peligrosísimo.
Identificar el hambre emocional es muy sencillo: te da hambre repentinamente o no te da nada de hambre, quieres comer cosas en específico, sobre todo comida chatarra, aunque estés satisfecho sigues comiendo, sientes culpa por tanta comida.
No importa cuánto ejercicio hagas, comer "emocionalmente" podría arruinar todo tu esfuerzo por bajar de peso. Cuida tu corazón y cuida tu cuerpo.