Hombre lleva más de seis años alimentando mapaches en honor a su difunta esposa

El hombre cumple al pie de la letra la última voluntad de su esposa

¿Tú qué harías por amor? ¿Qué harías por cumplir la última voluntad del amor de tu vida? Este abuelito ha decidido alimentar a mapaches salvajes el resto de su vida solo porque su fallecida esposa se lo pidió.

Conoce la historia de James Blackwood, un viudo que se hizo viral en Youtube por su particular canal donde todas las noches, se graba alimentando a los mapaches que viven por su casa. Y no, no es algún fetiche ni nada por el estilo, de hecho es el acto de amor más grande que ha hecho por su fallecida esposa.

Blackwood, ex oficial de Policía en Canadá, se hace llamar el "encantador de mapaches" y lleva más de nueve años alimentando a estos animalitos, pues esa fue la última voluntad de su esposa.

Todo empezó con un tímido mapache, casi diez años después son decenas que esperan a que salga Blackwood con un paquete de salchichas para comer.

El canal cuenta con casi cuatrocientos mil seguidores y muestra la gran amistad que tiene el hombre con los mapaches quienes en los últimos meses lo esperan en la puerta de su casa, ansiosos por un delicioso bocado.

En total, el hombre puede gastar en total casi tres kilogramos de salchicha, todo para que le alcance a cada uno de sus visitantes. Esto, a una temperatura aproximada de menos seis grados centígrados.

Todo lo hizo por amor

En un video publicado en 2013, Blackwood confiesa cómo inició este proyecto. Su esposa, en 1999, rescató un mapache herido y lo mantuvo hasta que se curara. Desde entonces, salía a alimentar a su nuevo amiguito.

El chisme corrió entre las comunidades de mapaches pues a los pocos días ya eran más animalitos esperando su pedazo de carne.

Desgraciadamente, la esposa de este amable señor, falleció en 2003 a causa de cáncer. Ella le rogó, desde su lecho de muerte, que se encargara de su madre, de su gato y de sus mapachitos.

Ahora es toda una sensación viral y mantiene al tanto a sus seguidores de cuántos peluditos llegan, que por cierto, ya están bien gorditos.