Coro de iglesia canta para ahuyentar a lechuza y ella decide quedarse a “bailar”
Al notar la presencia del animal, los fieles empezaron a cantar temas religiosos, pero el ave, lejos de huir, se puso a ‘bailar’ al ritmo de la melodía
Los animales suelen sorprendernos constantemente debido a las acciones que suelen realizar en los momentos menos esperados, y un claro ejemplo de esto es una lechuza que decidió entrar a una iglesia y se puso a ‘bailar’ al ritmo de sus melodías.
La divertida historia ya esta dando la vuelta en redes sociales, y es que la lechuza entró en una iglesia y llenó de incertidumbre a los feligreses, ya que tienen la creencia de que estos animales podrían tratarse de un seres malignos, así que decidieron cantar una alabanza para que se fuera, pero la sorpresa fue que el animal se puso a bailar.
Los hechos quedaron registrados en un vídeo que fue compartido en la plataforma de TikTok, en dónde se observa como un grupo de personas miran a la lechuza que se encuentra en el techo de la iglesia, y con la idea de ahuyentarla, comienzan a cantar: “Estamos de fiesta con Jesús, al cielo queremos ir”.
Al ver que la lechuza no se espantó, el coro de la subió el volumen de su canto y comenzó la música, pero la infiltrada, lejos se asustarse pareció seguir el ritmo y bailar con ellos.
Los comentarios de los internautas no se hicieron esperar, y la mayoría quedo fascinado por el vídeo, incluso muchos bromearon que la canción “era pegajosa” y que “amaban” a la lechuza por demostrar que no es un ave de mala suerte.
¿En verdad bailaba la lechuza?
Y aunque por la acción pudiéramos pensar que la lechuza en verdad estaba bailando, fue la usuaria de TikTok, Sam Zaira quien también ejerce como bióloga quien explicó que no se trataba de un baile, sino “baile” se debe a que son asimétricos y que hace ese movimiento para ubicar el origen del sonido.
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“La cabeza de la lechuza es como una antena parabólica… Los oídos de las lechuzas son asimétricos. Tienen el oído bastante sensible”, explica Sam, pues la posición dispareja de los oídos, hace que las lechuzas necesiten mover su cabeza para identificar de dónde provienen los sonidos, así que no eran un baile sino que presentaba confusión por el alto volumen del canto.