Las orcas tienen un dialecto para comunicarse
Las orcas aprenden su lenguaje de la madre y luego de su grupo social.
Uno de los mamíferos acuáticos más extraordinarios que existen en el océano sin duda son las orcas, y es que por decenas de años, han maravillado a muchos con la forma de vida que llevan y los misterios detrás de los sonidos que emiten.
Al igual que las ballenas, cachalotes, marsopas, belugas y delfines, las orcas tienen sistemas de comunicación muy complejos que están basados en los sonidos y en el lenguaje corporal, ya sea visual o táctil.
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Algo que por supuesto se ha convertido en el estudio de muchos es el repertorio sonoro que tienen, ya que pueden crear múltiples tipos de vocalizaciones, entre las cuales destacan, los cantos, chasquidos, silbidos y la combinación de todos los anteriores.
Aunado a lo ya mencionado, las orcas también generan sonidos mediante el roce de los dientes, golpeteando las mandíbulas o al golpear sus aletas o la cola con la superficie del agua.
Cuando se comenzó a estudiar el comportamiento de estos seres, se pensó que, de cierta forma, estos sonidos eran universales, es decir que eran comunes entre todas las especies, sin embargo, se descubrió que estos cetáceos tienen este repertorio comunicativo por carácter adquirido.
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Es decir, que la transmisión de estos patrones vocales no depende de mecanismos genéticos, sino culturales, y la consecuencia lógica de este hecho es que, dado que los procesos de aprendizaje nunca son perfectos, el repertorio cambia con el tiempo y evoluciona de un modo similar a lo que sucede con los distintos idiomas humanos. Y a consecuencia de ese proceso de evolución cultural, poblaciones distintas que viven alejadas unas de otras durante las suficientes generaciones, sin un intercambio cultural entre ellas, terminan con repertorios distintos.
A estos repertorios distintos, originados por el aislamiento geográfico entre poblaciones y la subsiguiente evolución cultural diferencial, se les ha denominado habitualmente ‘dialectos’, aunque el término más apropiado es el de ‘variaciones geográficas’.
Su presencia se ha observado en varias especies de cetáceos, donde destacan el cachalote y el calderón, y también en pinnípedos —principalmente en la foca común y la foca de Weddell—, pero quizá el más representativo de todos sea el de las orcas.
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Las crías de orca aprenden las vocalizaciones, en primer lugar, de la madre, y en segundo lugar, de su grupo social, sobre todo de los parientes cercanos por vía materna. La evolución cultural observada en los dialectos de las orcas es extraordinariamente compleja. Se incluyen no solo errores aleatorios en el aprendizaje de los sonidos, fijados a través de generaciones, sino también una transmisión cultural horizontal entre distintos linajes que, puntualmente, pueden entrar en contacto, en un fenómeno análogo a lo que llamamos ‘préstamos lingüísticos’ en los idiomas humanos.