Por esta razón, el huracán John se convirtió en “tormenta zombie”

Hasta el momento, el paso de este fenómeno en México ha cobrado la vida de 5 personas

FRANCISCO ROBLES

El huracán John no solo trajo destrucción a las costas mexicanas; también se convirtió en una extraña “tormenta zombi”, al resurgir de manera inesperada y dejar a todos los de la zona en completo shock.

Como si fuera de película, el huracán John se formó el lunes y rápidamente se fortaleció, poniendo en alerta a las costas de Guerrero y Oaxaca, y lo que parecía ser una tormenta controlada terminó convirtiéndose en un ciclón de categoría 3 con vientos de 195 km/h.

Hasta el momento, los desastres que ha causado este fenómeno abarcan desde inundaciones, deslaves y ríos desbordados.

Y eso no es todo, el huracán se ha cobrado la vida de cinco personas y ha dejado damnificadas a miles de personas.

Y a pesar de lo anterior, ,la historia no termina ahí, ya que John no se desvaneció como cualquier otro huracán, sino que resucitó en el mar, ganándose el apodo de “tormenta zombi”.

¿Qué es una “tormenta zombi”?

Las “tormentas zombi” son ciclones que, tras debilitarse, logran recobrar fuerza al regresar al océano, algo que los meteorólogos no ven todos los días. Después de golpear las costas de Guerrero, John se adentró en el sur de México, debilitándose a tormenta tropical.

Sin embargo, cuando parecía que había terminado, giró de regreso al Pacífico y se fortaleció de nuevo al pasar por la “piscina cálida del Pacífico”, un área conocida por potenciar ciclones.

El renacimiento de John hizo que alcanzara la categoría 1 de huracán cerca de Lázaro Cárdenas, Michoacán, antes de debilitarse de nuevo. Se espera que siga su trayectoria por la costa de Michoacán y toque tierra otra vez cerca de Manzanillo, Colima.

¿Por qué John se convirtió en un huracán “zombi”?

El término “tormenta zombi” fue acuñado por el Centro Nacional de Huracanes en 2020, cuando el huracán Paulette mostró un comportamiento similar al de John. La clave está en las condiciones inestables que permiten a la tormenta recobrar fuerza al entrar de nuevo al océano, tal como lo explicó Christopher Rozoff, científico atmosférico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EE.UU.

Los ciclones suelen perder fuerza y desaparecer después de tocar tierra, pero algunas veces, como John, se rehúsan a morir, reviviendo para causar más estragos.

Un ejemplo notable fue el huracán Iván en 2004, que tocó tierra en tres ocasiones y causó daños por más de 26 mil millones de dólares.

Con John, queda claro que las tormentas zombi no son solo un fenómeno climático raro, sino un recordatorio de que la naturaleza siempre puede sorprendernos.