Muere la extravagante y multimillonaria “Mujer Gato” a los 84 años

El mundo despide a Jocelyn Wildenstein, la icónica socialité conocida como la "Mujer Gato", quien falleció en París a causa de una embolia pulmonar, según confirmó su pareja, Lloyd Klein.

Su vida fue un carrusel de lujo, controversias y transformaciones estéticas que la catapultaron a la fama, convirtiéndola en un fenómeno mediático difícil de ignorar.

Nacida en Suiza, Jocelyn comenzó su historia como una joven soñadora que amaba la naturaleza y los grandes felinos africanos. Pero fue su transformación física lo que la colocó bajo los reflectores.

Su obsesión por parecerse a los felinos que tanto admiraba la llevó a someterse a numerosas cirugías estéticas, moldeando su rostro hasta volverse irreconocible.

Aunque muchos criticaron su apariencia, ella siempre defendió que sus famosos “ojos de gato” eran naturales, incluso bromeando sobre cómo los peinados podían cambiar su imagen.

“Si no te sientes cómodo con tus imperfecciones, haz algo al respecto. Todo es cuestión de encontrar al médico adecuado”, declaró en una entrevista, dejando claro que no temía los juicios sobre sus decisiones estéticas.

Amores turbulentos y una vida de excesos

Su relación más mediática fue con Alec Wildenstein, un multimillonario comerciante de arte con quien compartió una vida de lujo desmedido. Desde construir un recinto a prueba de balas para sus tigres en un rancho en Kenya hasta gastar millones de dólares al mes, los Wildenstein vivían sin límites.

Pero, como en un drama de Hollywood, la pareja terminó en un amargo divorcio que le otorgó a Jocelyn un acuerdo de 2,500 millones de dólares, considerado uno de los más cuantiosos de la historia.

Sin embargo, el dinero no compró estabilidad. En 2018, Jocelyn se declaró en bancarrota, enfrentando problemas financieros que contrastaban con su imagen pública de opulencia. A pesar de sus altibajos, su relación con Lloyd Klein, un diseñador francés casi 30 años menor que ella, fue un pilar en sus últimos años, aunque también estuvo marcada por peleas y escándalos.

Un legado envuelto en misterio

A lo largo de su vida, Jocelyn fue objeto de fascinación y críticas. Sus rasgos felinos, inicialmente ridiculizados, se convirtieron en su sello personal, admirado por nuevas generaciones que la veían como un ícono de extravagancia. Incluso en la bancarrota, mantuvo su elegancia, dejando claro que la apariencia era su mayor obra de arte.

A pesar de su notoriedad, gran parte de su vida sigue siendo un enigma: desde su verdadera edad hasta el destino de su inmensa fortuna. En sus propias palabras: “No tengo nada que demostrar. Al final, no me importa lo que piensen”.