Mon Laferte revela dolorosos secretos y comparte cómo fue que cambiaron su vida

Mon Laferte es mucho más que una cantante con reconocimiento internacional. Detrás de su éxito, hay una historia de lucha, sacrificio y dolor que pocos conocían hasta ahora.

Tras las críticas recibidas por la duración de su exposición artística en Chile, la cantante decidió hablar sin filtros sobre su vida, revelando los episodios más oscuros que ha enfrentado, desde abusos en la infancia hasta una batalla contra el cáncer de tiroides.

"¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista?", se pudo leer en uno de los posteos que hizo en Instagram, y es que la artista reflexionó sobre lo que significa estar en los medios de comunicación y cómo su camino ha estado marcado por la adversidad.

“Si hubiera pedido permiso, probablemente ya estaría muerta”, confesó, antes de relatar que fue víctima de abuso sexual a los 7 años y que, a los 13, ya había consumido drogas duras.

Durante su adolescencia, fue explotada por un hombre 20 años mayor, quien se presentaba como su mánager y se quedaba con la mitad de su dinero. Para poder sobrevivir, cantaba en las calles, bares y circos mientras cuidaba a su abuela enferma.

A los 18 años, encontró una oportunidad en la televisión chilena, pero allí también sufrió acoso sexual y fue menospreciada por productores que le hicieron creer que no tenía talento. Sin embargo, decidió dejarlo todo y apostar por su futuro en México.

México, el refugio y la prueba de fuego

Con apenas unos ahorros y muchas ganas de triunfar, la cantante llegó a México sin contactos ni oportunidades aseguradas. Durante años, sobrevivió cantando en bares y enfrentando momentos de peligro en medio de la crisis de violencia que azotaba al país.

A pesar de todo, nunca dejó de luchar. Su gran oportunidad llegó a los 31 años, cuando lanzó un álbum como artista independiente, logrando finalmente reconocimiento.

Pero la fama no la libró de nuevos desafíos: fue diagnosticada con cáncer de tiroides, lo que la dejó con una parálisis facial y sin voz por varios meses. “La operación me dejó sin poder mover el lado derecho del cuerpo durante dos meses. Casi pierdo la voz y tuve que aprender a cantar de nuevo”, confesó.

A pesar de la recomendación médica de esperar seis meses antes de volver a cantar, a los dos meses ya estaba de regreso en los escenarios porque necesitaba trabajar.

El arte como refugio y salvación

Además de la música, Laferte encontró en la pintura y el bordado un refugio para su dolor. Aunque hoy es reconocida también como artista plástica, sigue sintiéndose como una intrusa en el mundo del arte.

“A veces pienso que todo lo que hago es una mierda, porque siempre me dijeron que no valía y me la creí. Pero avanzo igual, porque lo único que sé hacer es trabajar y amar el arte”.