Conoce los 5 continentes de basura que están terminando con la vida de más de un millón de especies marinas al año

Tortugas atrapadas en redes de pescar o envueltas en ligas de plástico provocándoles deformaciones notorias en sus caparazones. Focas con lazos rodeando sus cuellos sangrantes, con extremidades rebanadas. Caballitos de mar sosteniendo isopos con sus colas, cisnes peleando por una bolsa de plástico como si fuera comida. Ballenas y diversas especies de aves encontradas a las orillas de las playas en estado de descomposición, dejando entrever que en sus estómagos yacían kilos de plástico. ¿Te sorprende? Este es el panorama de la fauna marina que cada día intenta sobrevivir en aguas turbias, llenas de desechos, microplásticos y tóxicos.

Que el problema esté en el mar y lejano a lo que a diario vemos en la ciudad no significa que estemos exentos de responsabilidad…Y para que comprendas esto mejor, hoy te voy a contar una historia qué, aunque empieza a miles de kilómetros de donde tú estás, tiene una profunda relación con las decisiones que tomas día con día.

Pero antes de eso, debes saber que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha registrado que más de un millón de especies marinas mueren al año a consecuencia de la basura que todos los países vierten a los océanos, y ojo, estos datos representan tan solo aquellos que mueren por plástico, ahora imagina la cantidad de seres que se pierden por otras acciones del hombre como derrames de petróleo o tóxicos, o por las emisiones derivadas de la producción y transporte marítimo.

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Las ballenas son las más afectadas

Dentro de todo este panorama, diversas especies de ballenas serían las más afectadas, ya que consumen millones de partículas de plástico por día.

Un ejemplo claro de lo anterior son las ballenas azules, los animales más grandes del mundo. Se estima que ingieren unos 10 millones de trozos de plástico al día, cantidad que equivale a 230 kg y 4 toneladas métricas de plástico durante la temporada de alimentación.

Vivian Heredia Hernández, directora de proyectos de Habla Bien de Aca y miembro del consejo de Pronatura Península de Yucatán asegura que es difícil medir la cantidad exacta de especies que mueren y las afectaciones que se generan en el ecosistema marino a causa del desecho de plásticos, pero que, aunque no se tengan cifras exactas, ya es una realidad que este problema crece a una velocidad impresionante conforme pasa el tiempo.

“Hay estudios que demuestran que los plásticos y microplásticos están afectando a diversas especies, como por ejemplo los moluscos o las tortugas. Una vez roto el equilibrio de alguna de estas familias estamos en una cadenita que va afectando a todo el ecosistema, incluso el de nosotros”.

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Islas de plástico: el problema visible-invisible

Para ser sincera hasta me da un poco de miedo e impotencia no poder contar en este escrito todo lo que se tiene que decir sobre el tema que te retrataré a continuación, y es que en nuestro planeta Tierra existen cinco islas de desechos plásticos, una de ellas es 3 veces más grande que el territorio de Francia.

Aunque no figuran en el mapa de los continentes que ya conocemos, estas islas de basura están destruyendo a una velocidad impresionante buena parte de la vida marina y sus ecosistemas, al mismo tiempo, están provocando que el cambio climático se acelere, y que nuestra salud se vea cada vez más comprometida, sin importar que tan cerca o lejos estemos de dichas zonas.

Como mencionamos al principio, una de estas islas es conocida como la “Mancha del Pacífico Norte”, y su tamaño es tan impresionante que equivale a los territorios de Francia, España y Alemania juntas.

Fue descubierta en 1997 por el oceanógrafo estadounidense Charles Moore, y desde ese entonces hasta ahora, se estima que esta isla de plástico abarca aproximadamente 1.6 millones de kilómetros cuadrados, de acuerdo con una investigación que publicó la revista Nature.

Respecto a la cantidad de residuos que hay en ella, se estima que hay alrededor de 1.8 billones de piezas de plástico con un peso aproximado de 80,000 toneladas métricas.

La experta en océanos, Vivian Heredia Hernández comparte que lo visible es 1.6 millones de kilómetros cuadrados, pero aún no se dimensiona lo que hay debajo de la gran mancha y ese es el verdadero problema.

“De seguir con la producción y consumo de plástico, en el 2030 habrá más de ese material que peces. De hecho, al respecto del problema de las islas de plástico, la iniciativa Ocean Clean ha propuesto soluciones tecnológicas con las que se intenta limpiar el desastre, pero el panorama actual es que hay más basura que estamos aportando de la que se va a poder limpiar”.

Y esta información que acabas de leer es apenas la punta del iceberg, ya que no hemos hablado de las 4 islas restantes…

Los continentes vergüenza

La que le sigue a la gran mancha del Pacífico Norte es la isla de plástico del Océano Índico. Fue encontrada en 2010 durante la expedición del Proyecto 5 Gyres, que recorrió desde Perth, Australia, hasta Mauricio.

Los datos específicos sobre su extensión y la cantidad de basura que tiene son limitados y requieren más investigación para obtener cifras precisas.

De la siguiente que hablaremos es de la isla de basura del Atlántico Norte, la cual está ubicada entre las costas de América del Norte y Europa. Fue descubierta a finales de los años 70 cuando empezaron a identificar altas concentraciones de desechos plásticos en la zona.

Se cree que abarca una superficie de que va de los 22 hasta los 38 grados de latitud norte, lo que sugiere una extensión de cientos de kilómetros cuadrados. Respecto a la cantidad de basura, se reporta qué, aunque no hay una cifra exacta, la concentración de desechos plásticos en esta área es comparable a la encontrada en la mancha del Pacífico Norte.

Seguimos con la mancha de basura del Pacífico Sur, la cual se encuentra entre Australia y América del Sur. Aunque es menos densa, si representa un grave problema por la acumulación de microplásticos que son el resultado de la degradación de objetos más grandes.

Finalmente, tenemos la isla de plásticos del Atlántico Sur, la cual se localiza entre América del Sur y África. Es la menos estudiada de todas las anteriores, pero su existencia ha sido confirmada por diversas expediciones científicas.

Al igual que las manchas anteriores, en esta hay grandes concentraciones de microplásticos, los cuales llegan a esta zona a través de las corrientes oceánicas que están distribuidas en todo el mundo.

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Cifras que alarman

Las cifras que te presentaremos a continuación y que están a cargo de Laurent Lebreton, director de investigación de Ocean Cleanup, probablemente marquen un antes y un después en la forma en que percibes a los océanos y la fauna marina:

*Se ha descubierto que la mayoría de los plásticos flotantes en las islas de basura provienen de países como Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, China y Taiwán.

*Las grandes manchas son el resultado de más de seis décadas de vertidos al océano procedentes de tierra firme y tráfico marítimo.

*Los plásticos constituyen el 99.9% de todos los residuos en las islas de basura

*46% de esos plásticos son redes de pesca

*De 50 objetos analizados en busca de su fecha de producción, se encontró uno que era de 1977. Los siguientes 7 pertenecían a la década de los 80, 17 de los años 90, 24 de los años 2000 y uno de la década siguiente.

*De entre toda la basura, tan solo los plásticos comunes como el polietileno o el polipropileno son lo suficientemente gruesos como para flotar.

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Nélida Barajas Acosta, directora ejecutiva del Centro Intercultural de Estudios de Desiertos y Océanos comparte qué en la actualidad, a las personas que viven en las ciudades o lugares alejados del mar se les hace fácil desconectarse del azul.

“No hemos dimensionado cual es nuestra conexión con los océanos y a veces se nos hace muy fácil pensar que porque vivimos en una ciudad todo lo que se hace en el día a día no repercute. Y ahí empieza el problema, porque la vida inició en el océano y todas las decisiones que tomemos, sea donde sea que vivamos, terminan en el océano”.

“Sucede desde que le jalas a la cadena del baño, las aguas residuales llegan al mar y los plásticos que consumes y tiras a la basura también. No estamos viendo de donde salen los colchones, las bolsas de plástico. Al año nos estamos comiendo lo equivalente a una tarjeta de plástico por todo lo que ingerimos inconscientemente y ni se diga lo que se va a nuestro interior con el aire que respiramos”.

Ante el futuro que nos espera Nélida nos propone que conectemos no solo con azul del mar, sino también con el azul del cielo, pues ese color está relacionado directamente con nuestra salud.

“Una buena parte del oxígeno que respiramos proviene del océano, ya que captura el CO2, las partículas responsables del calentamiento global”.

La experta en océanos también sugiere que aún estamos a tiempo de sensibilizarnos ante esta problemática, sobre todo si tomamos en cuenta que una sola botella de plástico tarda en degradarse 500 años, las bolsas y los cubiertos 400, los popotes 100 y los vasos 75 años, respectivamente.

“Este plástico salió de alguna casa o después de haberle dado uso a algún producto. Tenemos que ir dando pasos pequeños y cada uno en la dimensión que nos toca, porque esa basura que ahora es una isla de plástico salió de un hogar, un trabajo o de alguna empresa. Repensar como podemos cambiar nuestros hábitos para usar la menor cantidad de plásticos es posible, recordemos que un plástico lo ocupamos 5 o 10 minutos y va a tardar en degradarse más de lo que vivimos tú y yo”.