Agricultura protegida en México, un sistema clave que promete producir más alimento con menos

México, es sinónimo de tierra fértil y cuna de una tradición agrícola que ha alimentado a generaciones. Desde tiempos prehispánicos, el campo ha sido el corazón que late al ritmo de los ciclos de siembra y cosecha, proveyendo los ingredientes esenciales de nuestra identidad culinaria.

Maíz, chile, frijol, tomate: la base de nuestra gastronomía y cultura nace en los surcos de la tierra, la cual ha sido cultivada con el esfuerzo incansable de quienes la trabajan. Sin embargo, hoy, ese mismo campo se enfrenta a un marco sin precedentes: el cambio climático, la falta de agua y la necesidad de producir más alimentos en menos espacio.

Ante este panorama, ¿es posible la producción de alimentos sin agotar los recursos o hacer que la agricultura sea más eficiente y resistente en un mundo en constante transformación?

La respuesta podría estar en la agricultura protegida, una técnica que no solo desafía las estaciones y las sequías, sino que también posiciona a México como un líder empresarial en la producción de alimentos para el mundo.

El término de agricultura protegida se ha convertido en una de las estrategias más importantes para la producción de alimentos en nuestro país. Gracias a su capacidad de optimizar los recursos, incrementar la productividad y garantizar cosechas de alta calidad fuera de temporada.

Por poner un ejemplo, esta práctica ha posicionado al país como un referente en la exportación de hortalizas. Sin embargo, a pesar de sus grandes beneficios, enfrenta retos significativos que limitan su adopción masiva.

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México: Un gigante en agricultura protegida

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), México cultiva más de 3.5 millones de toneladas de hortalizas en 27,951 hectáreas de agricultura protegida. Estados como Michoacán, Jalisco, Colima, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes concentran la mayor parte de esta actividad, con 42,131 hectáreas dedicadas a este tipo de producción.

El impacto de la agricultura protegida en la economía nacional es innegable: aproximadamente el 80% del tomate que consume Estados Unidos proviene de México. Esto resalta la dependencia que tiene la potencia norteamericana del campo mexicano y la competitividad que el país ha logrado sin un apoyo gubernamental significativo.

Hugo Escoto Ramírez, ingeniero agrónomo y experto en el tema, explica que "México está llamado a ser la canasta de hortalizas de Norteamérica, con o sin la ayuda del gobierno. No hay manera de que nos ganen ni los gringos, ni los canadienses, ni los holandeses; somos los mejores productores de hortalizas del mundo en agricultura protegida".

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Ventajas de la Agricultura Protegida

Uno de los mayores beneficios de la agricultura protegida es su eficiencia en el uso de los recursos naturales. Por ejemplo, mientras que la producción de tomates en campo abierto genera alrededor de 60 toneladas por hectárea, en un invernadero de alta tecnología esta cifra puede aumentar hasta 600 toneladas. Además, el riego por goteo permite reducir significativamente el consumo de agua, utilizando apenas una décima parte de lo que se necesitaría en cultivos tradicionales.

Otras ventajas incluyen:

• Mayor protección contra plagas y enfermedades, lo que reduce el uso de pesticidas.
• Producción fuera de temporada, asegurando la oferta de productos durante todo el año.
• Mayor calidad de los productos, favoreciendo su competitividad en mercados internacionales.
• Uso eficiente de tecnologías avanzadas, como energía solar, inteligencia artificial y robots para optimizar los procesos de cultivo.

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Obstáculos para su expansión

A pesar de sus ventajas, la agricultura protegida enfrenta barreras importantes en México. La principal es el alto costo de inversión. La infraestructura requerida para establecer un invernadero tecnificado representa una inversión considerable, lo que la hace inaccesible para pequeños productores y campesinos.

Según Hugo Escoto, "el gobierno ha visto con desdén la agricultura protegida. En lugar de apoyar su desarrollo, está más preocupado por regalar fertilizante a agricultores que cultivan maíz sin semilla mejorada, lo que perpetúa su baja productividad". Además, la falta de apoyo en investigación y comercialización limita el crecimiento del sector.

Otro reto importante es la percepción pública. Muchas personas asocian la agricultura protegida con el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, o incluso con la ingeniería genética, lo que genera desconfianza. Sin embargo, técnicas ecológicas como el uso de organismos benéficos para el control de plagas están transformando la industria hacia modelos más sustentables.

GreenTech Americas: Impulsando la innovación en el sector

Uno de los espacios más importantes para la modernización de la agricultura protegida es GreenTech Americas, el evento más relevante de horticultura protegida en Latinoamérica. Su quinta edición se llevará a cabo del 25 al 27 de marzo de 2025 en el Querétaro Centro de Congresos (QCC) y reunirá a expertos, productores, consultores e inversionistas del sector.

Este evento ofrecerá un espacio de exhibición de tecnologías avanzadas para mejorar la eficiencia hídrica y energética, la automatización de cultivos y la gestión de plagas. También se abordarán temas clave como:

• El impacto positivo de la agricultura protegida en el cambio climático.
• Beneficios de los cultivos autónomos en invernaderos.
• Gestión del nearshoring para conservar a los empleados.
• Producción más eficiente y sustentable.

Conclusión: El futuro de la agricultura mexicana

México tiene el potencial de consolidarse como el líder mundial en producción de hortalizas bajo agricultura protegida. Su clima, radiación solar y conocimiento agrícola le otorgan una ventaja competitiva natural. Sin embargo, para que el sector alcance su máximo potencial, es necesario que existan estrategias claras de apoyo gubernamental, acceso a financiamiento y una mayor promoción de las tecnologías disponibles.

Mientras el gobierno sigue indeciso en su enfoque hacia la modernización del campo, los productores mexicanos continúan innovando y demostrando que, con o sin apoyo, México es la "canasta de hortalizas de Norteamérica". Eventos como GreenTech Americas seguirán jugando un papel clave en la evolución de la industria, asegurando que el campo mexicano siga creciendo y consolidándose como una potencia agroalimentaria global.