Mystika: Una exposición de luces, sombras y misticismo en el corazón de la CDMX

En el ajetreo de la Ciudad de México, donde el tiempo parece desvanecerse entre el bullicio y el concreto, un portal hacia lo etéreo se ha abierto en Paseo de la Reforma. Se llama Mystika, una exposición que no solo se observa, sino que se siente, se respira y se vive con el alma.

Al cruzar sus puertas, la realidad cotidiana se disuelve. La luz y la oscuridad se entrelazan en una danza de imágenes y sonidos que invitan a un viaje introspectivo. Cada sala es un umbral hacia lo desconocido, un eco de lo sagrado, una fotografía convertida en experiencia sensorial.

La vivencia comienza desde el primer momento en que cruzas la puerta de cristal que te conduce a la primera sala: LIBERACIÓN. Desde ahí todo huele a sándalo y te sientes armonizad@ con el ambiente al escuchar la música, la cual oscila entre frecuencias vibracionales y cuencos tibetanos.

Esta sala es una invitación a abrir tu corazón, a conectarte con la naturaleza y con las especies que habitan en ella.

La belleza de las fotografías que ahí se encuentran es simplemente, indescriptible, no solo se aprecian atardeceres o cómo se ve el mar debajo del agua, también se puede ver la faena de un caballo que corre libre, entre la arena, las olas del mar y un cielo precioso y despejado.

De acuerdo a lo que me contó uno de los encargados del lugar, Pepe Soho el creador de Mystika se habría inspirado en los caballos para volverse a encontrar consigo mismo. Y no es para menos, ya que al ver aquellas imágenes es fácil imaginar como se siente ser libre, en tu forma más salvaje y creativa.

El piso de la exposición está tan lleno de estímulos que inevitablemente te relajas, literal es como si te transportaras a otro tiempo-espacio y solo te quedara la contemplación y la paz.

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Después de pasar LIBERACIÓN, llegas a una sala que lleva por nombre MAYA, la cual es una cúpula de 360 grados y que rinde un tributo a la cosmogonía maya. Sientes como si te conectaras con el universo, la naturaleza y con una parte de ti que yace muy adentro, los sonidos te transportan a lugares en tu mente que están llenos de belleza y amor.

Solo tienes que caminar unos cuantos pasos para ver una burbuja enorme en donde se reflejan ballenas atravesando el universo, es tan bella la imagen, que puedes incluso darte una idea de lo majestuosas que son estas especies, y cómo, aunque no estén a la vista, su existencia denota que ellas ven abajo del mar algo que es mucho más grande que nosotros.

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Otra de las salas más conmovedoras que me encontré dentro de la exposición fue la llamada SANTUARIO, la cual es una cápsula de espejos, en la cual se proyectan diferentes escenarios, desde bosques, la noche y el día, mándalas, puertas, luciérnagas y estrellas…Y te sientes tan maravillado que solo te queda contemplar la inmesidad que está presente más allá de tu existencia.

Aunque hay otras salas, quiero hablar por último de una que es capaz de ablandar el corazón de la persona más dura, en REGRESO A CASA te conectas con tu verdad y a través de una meditación te das cuenta de que todo lo que te sucede es parte de una transformación que tarde o temprano debe de ocurrir.

Aceptar las cosas como son y entender que todo pasa por algo es el mensaje que además viene inherente a la evolución y transformación de tu ser. De esa forma, Mystika es un recorrido entre lo tangible y lo divino.

Podría resumir que todas las imágenes que se muestran, emergen en la penumbra, flotando como recuerdos de vidas pasadas. El claroscuro de las fotografías captura no solo el momento, sino la esencia de aquellos que han transitado por caminos espirituales. La lente se convierte en un espejo del alma, reflejando no solo lo que vemos, sino lo que sentimos.

Estos rincones nos recuerdan que somos polvo de estrellas, fragmentos de algo más grande que nuestra propia existencia.

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Rituales, meditaciones y experiencias efímeras

Pero Mistyka no solo se trata de lo que se ve, sino de lo que se vive. En ciertas ocasiones, la exposición ofrece actividades especiales: meditaciones guiadas, ceremonias de sonido con cuencos tibetanos y sesiones de conexión energética que transforman el espacio en un templo efímero de introspección y sanación.

Los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en el misterio de lo espiritual a través de estas vivencia, dejando que las fotografías se vuelvan una puerta hacia lo inexplorado.

Esta exposición estará disponible por tiempo limitado en Paseo de la Reforma. ¿Te atreves a cruzar el umbral?