¿Qué pasaría si ocurriera un apagón en la CDMX por varios días como pasó en España?, la IA responde
No es ciencia ficción: un gran apagón eléctrico ya pasó en España y aquí también podría suceder. Spoiler: no estamos listos.

Apagón en CDMX / Pablo Jeffs Munizaga - Fototrekk
¿Te imaginas despertarte un día, prender la cafetera, y… nada? Sales a la calle, no hay semáforos. Llegas a la oficina y no sirve ni la computadora. El refri está echando a perder todo. No hay datos, no hay TikTok, no hay música. Y lo peor: no hay luz... por días.
Aunque suene como trama de película apocalíptica, eso pasó en España, cuando un apagón masivo dejó a miles de personas sin energía eléctrica durante varios días. ¿Y si eso pasara en México? ¿Estamos preparados para un colapso así?
Spoiler alert: no lo estamos. Aquí te contamos todo lo que podría pasar, desde lo económico hasta lo mental (y emocional).
1. Colapso económico inmediato
La primera en caer sería la economía. Piensa en todo lo que usamos que depende de la electricidad en México: bancos, supermercados, gasolineras, sistemas de cobro digital, redes de comunicación, hospitales, semáforos, fábricas… ¡todo!
- Se paralizaría el comercio formal e informal.
- No podrías sacar dinero del cajero.
- No hay cobros con tarjeta ni transferencias.
- El abasto de alimentos se vería afectado (porque sin refri, la comida se echa a perder y los sistemas logísticos fallan).
- Las empresas perderían millones por cada hora sin energía.
- Y ni hablar del trabajo remoto o digital: adiós home office.
2. Impacto psicológico: ansiedad, frustración y caos emocional
No tener luz no solo incomoda. También te afecta emocionalmente. El ser humano moderno está acostumbrado a tener control… y cuando lo pierde, se dispara el estrés.
- La ansiedad se dispara al no poder comunicarte con tus seres queridos.
- El no saber qué está pasando (sin noticias, sin internet, sin tele) genera incertidumbre y miedo colectivo.
- En zonas urbanas, la falta de luz puede incrementar los robos y violencia por la oscuridad y la desesperación.
- Personas con condiciones mentales preexistentes (como depresión o ataques de pánico) se descompensan sin acceso a sus tratamientos o rutinas.
Además, nuestra adicción al celular, las redes y la música tiene un costo: el síndrome de abstinencia digital es real, y muchos entrarían en pánico.
3. Emergencia sanitaria: hospitales y salud en crisis
Imagina que se corta la luz en un hospital de zona rural sin planta de emergencia, o que en una gran ciudad se acaban las reservas de diésel para los generadores.
- Pacientes en terapia intensiva, quirófanos y urgencias en riesgo.
- Refrigeradores de vacunas y medicamentos fuera de control.
- Personas que dependen de oxígeno, insulina o diálisis, sin acceso a equipos.
- Agua potable y drenaje limitados en ciertas regiones.
Un apagón prolongado en México sería un desastre sanitario silencioso.
4. Problemas sociales: desinformación, saqueos y desconfianza
Cuando no hay electricidad, también cae la información confiable. Y donde hay vacío informativo, entra el caos:
- Circulan rumores, noticias falsas y pánico colectivo.
- Podría haber saqueos en tiendas y disturbios sociales.
- Se afectaría la seguridad pública y la logística del gobierno.
- La desconfianza hacia las autoridades crecería si no hay comunicación clara.
En pocas palabras, la gente actuaría como en pandemia… pero sin memes ni Zoom para entretenerse.
5. La dependencia tecnológica nos pasaría factura
Este escenario también pondría sobre la mesa una verdad incómoda: dependemos al 100% de la tecnología para todo. Y si se va la luz, todo eso se desactiva.
- No hay trabajo, no hay clases, no hay bancos.
- No puedes comprar ni vender.
- No puedes cargar el celular.
- No puedes cargar el coche eléctrico (ups).
- Y lo más grave: no puedes pedir comida por apps.
Entonces... ¿podría pasar aquí?
Sí. Aunque México tiene un sistema eléctrico robusto en varias zonas, también es cierto que:
- Las olas de calor extremas, incendios y tormentas cada vez más frecuentes podrían generar sobrecargas o daños en la red eléctrica.
- Algunas zonas rurales ya viven apagones constantes.
- Y una falla en la infraestructura energética mexicana, combinada con falta de mantenimiento o mala gestión, podría detonar algo mucho más grande.
¿Qué podemos hacer?
No se trata de vivir con paranoia, pero sí de empezar a pensar en resiliencia energética. Tener velas, lámparas de batería, radios de pilas, agua, comida no perecedera, una red de apoyo local, aprender a desconectarte del celular sin ansiedad… todo cuenta.
Un apagón masivo no es tan lejano como parece. Y si pasa, ojalá te agarre más preparado que espantado.