¿Saori, Sakura o Goku y Freezer? Así se llaman de verdad y no, no es broma: los peruanos son los más otakus del mundo

¿Te imaginas que te presenten a alguien y te diga: “Hola, soy Goku Pérez” o “Mucho gusto, me llamo Nezuko Ramírez”? Pues esto no es un episodio de Demon Slayer ni una escena de Dragon Ball Z, ¡es real! En Perú, el fanatismo por el anime japonés llegó a un punto tan épico que muchísimos ciudadanos decidieron llevarlo hasta su acta de nacimiento.

Y no, no estamos exagerando. Fue el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) quien soltó la bomba: hay miles de personas registradas oficialmente con nombres de personajes de anime que marcaron generaciones enteras. Desde los clásicos como Gohan, Vegeta o Sakura, hasta los más nuevos como Tanjiro, Eren y hasta un muy peculiar Saitama.

Aquí te va una probadita de esta lista que parece sacada de un opening:

• Saori (¡con más de 8 mil registros!)
• Benji, Sakura, Eren, Gohan
• Misaki, Videl, Shun, Seiya, Ikki
• Tanjiro, Mitsuri, Ash, Goten, Trunks
• Bulma, Krilin, Naruto, Luffy, Zoro
• Y sí…¡también hay Gokús y Freezers!

Así que ya sabes, si escuchas que te gritan “¡Vegeta, ven a comer!”, no es una escena de doblaje, es una mamá llamando a su hijo en Lima.

¿Por qué tanto amor por los nombres otaku?

La respuesta está en el corazón de los fans. Cada 15 de diciembre se celebra el Día del Otaku, una fecha especial donde los amantes del anime y el manga se dejan ver con cosplay, eventos y mucha nostalgia. Pero en Perú, este amor va más allá del disfraz: se hace identidad.

El término "otaku" surgió en los años 80 en Japón para describir a quienes sentían una devoción intensa por alguna afición, sobre todo el manga y el anime. Aunque durante un tiempo el término tuvo una mala racha mediática, especialmente tras el caso de Tsutomu Miyazaki, tristemente conocido como el “asesino otaku”, hoy ha retomado su esencia positiva.

La comunidad otaku en Perú es una de las más activas y coloridas de Latinoamérica. Asisten a eventos, hacen cosplay, se organizan en clubs y, claramente, ¡nombran a sus hijos como sus héroes animados! Porque sí, tener una hija llamada Sakura o un hijo llamado Luffy ya no es tan raro.

Una generación marcada por el anime

Lo que muchos ven como un simple gusto por dibujos animados, en realidad representa valores, enseñanzas y conexiones emocionales. Cada personaje tiene una historia de lucha, superación, amistad, familia, y eso es lo que conecta con tantos peruanos. Por eso, no sorprende que nombres como Goten, Usagi, Tsubasa o Roshi estén en los registros oficiales.

Al final, ponerte un nombre de anime no es una moda, es una declaración de amor a esas historias que te marcaron. Así que, si tú también creciste gritando “¡Kamehameha!” en el patio o lloraste con la historia de Itachi, ya sabes: en Perú, sí hay quien te entiende... y probablemente se llame igual que tú.