¿Por qué causó tanta conmoción la muerte de Daniela Bustamante, la actriz de teatro independiente?

El teatro independiente en México está de luto. La comunidad artística despidió este fin de semana a Daniela Bustamante, una actriz y creadora escénica que no solo dejó su voz y su cuerpo sobre los escenarios, sino también una profunda huella en el corazón de quienes la vieron y compartieron camino con ella.

Fue la Coordinación Nacional de Teatro del INBAL quien confirmó la triste noticia a través de redes sociales, recordando que Daniela formó parte de montajes como “Soluciones permanentes para problemas comunes” (2022) y “Quemar los campos” (2023), obras que no solo mostraron su talento, sino su enorme compromiso con las causas sociales y el feminismo.

“El trabajo escénico de Daniela se caracterizó por tener una mirada abierta, buscando que los escenarios fueran espacios de enunciación y encuentro para compartir vivencias y construir en colectivo formas afectivas de estar en el mundo”, compartió la institución.

¿Quién fue Daniela Bustamante y por qué su partida duele tanto?

Daniela Bustamante no solo era una actriz mexicana de teatro: era una creadora valiente, una mente brillante que concebía la escena como un lugar de lucha, reflexión y conexión con lo humano. Su enfoque siempre fue colectivo, crítico, sensible… como ella.

Desde el escenario, Daniela exploró temas urgentes. Uno de los proyectos más emblemáticos de su carrera fue “Quemar los campos”, una obra basada en el feminicidio de Diana Velázquez, en el Estado de México. Ahí no solo actuó: levantó la voz de muchas que ya no están.

Otras de sus obras destacadas fueron:

• Soluciones permanentes para problemas comunes – INBAL, 2022
• Quemar los campos – Cartelera Teatro INBAL, 2023
• El secreto para anotar goles
• En la ruina de los náufragos

Su legado queda vivo en la escena

La muerte de Daniela ha estremecido a quienes conforman el teatro contemporáneo mexicano, no solo por lo que representaba como artista, sino por su forma de hacer las cosas: con empatía, con profundidad y con rebeldía.

Hoy, su ausencia deja un vacío doloroso, pero también un eco: el de todas las historias que ayudó a contar, y el de las que inspirará a partir de ahora.

Porque el arte, como ella lo entendía, no muere: se siembra en la memoria.