Él es el actor que vivió en el infierno de una secta y murió a los 23 años

Si la vida fuera una película, la de River Phoenix habría sido de esas que te dejan con el corazón roto y muchas preguntas. Hoy, el actor que conquistó la pantalla en los 80 y 90 cumpliría 54 años, pero su historia es una montaña rusa de luz, dolor y talento desbordado que todavía nos deja pensando: ¿y si hubiera tenido otra oportunidad?

River no era un chico más en Hollywood. Tenía una vibra especial, algo entre genio precoz y espíritu salvaje. Desde los 11 años ya estaba frente a las cámaras, brillando con una intensidad poco común. Pero detrás de su rostro angelical, había cicatrices que no todos conocían.

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Una infancia marcada por una secta destructiva

Antes de la fama, River fue un niño atrapado en el mundo oscuro de Los Hijos de Dios, una secta disfrazada de religión que promovía abusos sexuales, incesto y manipulación psicológica. Su familia, en ese entonces nómada y espiritual, creyó que seguía un camino de fe. Pero la realidad era una pesadilla. River fue víctima de abuso sexual a los 4 años, una experiencia que, según él mismo relató más adelante, intentó bloquear de su memoria por mucho tiempo.

El líder de esta organización, David Berg, tenía ideas enfermizas que terminaron por abrirle los ojos a los padres de River. Cuando entendieron el peligro, escaparon de Venezuela escondidos en un barco. Así, la familia entera dejó atrás la secta y renació como los Phoenix, un apellido que eligieron por el ave que resurge de las cenizas. No era metáfora: era supervivencia.

Una estrella que brilló rápido… y se apagó igual

Instalados en Estados Unidos, los Phoenix se lanzaron al mundo del espectáculo. River comenzó a actuar, cantar y tocar la guitarra en las calles junto a su hermana Rain. Su carisma llamó la atención de una agente de talentos y, poco a poco, se abrió paso en la industria. Películas como "Cuenta conmigo", "Un lugar en ninguna parte" o "Mi mundo privado" lo convirtieron en el actor joven más prometedor de su generación.

Pero mientras todo el mundo lo aplaudía, River cargaba con la presión de ser el sostén emocional y económico de su familia desde muy chico. Su historia no era la típica de fama y fortuna, era la de un niño forzado a crecer rápido, marcado por el trauma, el hambre y la necesidad de encajar.

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Música, activismo y una sensibilidad fuera de serie

Lo suyo no era sólo actuar. También era un activista comprometido, vegetariano estricto y defensor incansable de los derechos de los animales y el medioambiente. Tenía una banda, tocaba la guitarra con una sensibilidad única y creía en cambiar el mundo a través del arte. Su canción "Across the Way", incluida en un compilado de PeTA, es una muestra de esa alma inquieta y amorosa.

La premonición, la caída y el adiós

River tenía un extraño presentimiento de que no viviría mucho. Bromeaba con que lo confundían con Christian Slater, sin saber que poco después Slater tomaría el papel que él dejó vacante en “Entrevista con el vampiro”, tras su muerte.

La noche del 31 de octubre de 1993, en The Viper Room (el club de Johnny Depp en Sunset Boulevard), River consumió un speedball (una mezcla letal de heroína y cocaína) y comenzó a convulsionar frente a su hermano Joaquin y su hermana Rain. Tenía apenas 23 años. Minutos antes, Leonardo DiCaprio lo había visto en otra fiesta y no pudo conocerlo como tanto deseaba. “Fue como si desapareciera delante de mis ojos”, recordaría Leo años después.