Mark Zuckerberg le entrega el futuro de la IA a Alexandr Wang, un joven de 28 años que promete hacer historia
Mientras otros programaban, él vendía las palas… ahora tiene las llaves del imperio de Zuckerberg

Alexandr Wang encamina el futuro de la IA / getty images
En el mundo de la inteligencia artificial, hay quienes crean modelos, quienes diseñan algoritmos… y luego está Alexandr Wang, el tipo que entendió dónde estaba el verdadero negocio antes que nadie: en los datos que alimentan a las máquinas.
Hoy, con tan solo 28 años, este joven prodigio nacido en 1997 no solo dirige Scale AI, la startup que acaba de ser comprada por Meta por más de 14 mil millones de dólares, sino que ahora lidera el flamante y ambicioso proyecto llamado Meta Superintelligence Labs.
Y sí, por si te lo estás preguntando: Mark Zuckerberg literalmente le entregó las llaves del futuro de su compañía.
Mientras los reflectores estaban en OpenAI, ChatGPT, Google y compañía, Alexandr Wang estaba construyendo en silencio la infraestructura que hacía posible todo eso. Porque alguien tenía que encargarse del trabajo sucio: etiquetar, ordenar y procesar millones de datos para que los algoritmos aprendieran a ser “inteligentes”. No era sexy, pero sí era esencial. Y él lo hizo mejor que nadie.
¿Quién es Alexandr Wang?
Un chico de Nuevo México, hijo de científicos, que en lugar de seguir el camino tradicional de la academia se fue directo a construir. Scale AI nació con una misión clara: convertirse en la base de datos más limpia, precisa y útil del mundo para entrenar modelos de IA. Y lo logró. Tanto así que empresas como OpenAI, Google, Microsoft y Meta empezaron a comprarle sus servicios como quien compra oxígeno en medio del desierto.
“Puedes tener el mejor algoritmo del mundo, pero si no tienes buenos datos, no tienes nada”, dice Wang. Esa frase, que suena obvia en 2025, fue visionaria hace unos años. Mientras todos perseguían crear la próxima app viral de IA, él decidió hacer lo que pocos harían: ser el proveedor silencioso que lo hace todo posible.
Meta lo tenía claro: necesitaban un cambio de rumbo
Después de que su modelo LLaMA 4 no alcanzara las expectativas, y con más de la mitad del equipo original huyendo a startups como Mistral, Zuckerberg entendió que había que resetear todo. Y su gran jugada fue comprar Scale AI y poner a Wang al mando de su nueva división de inteligencia artificial, que ya no será solo un “departamento” más, sino el núcleo estratégico de Meta.
Porque aquí está el verdadero plot twist: Zuckerberg no apostó por el científico con más papers, ni por el investigador con más medallas, sino por un tipo joven, obsesivo con la calidad, pragmático y que sabe perfectamente cómo funciona el negocio de los datos. Mientras otros cavan, él vende palas. Y ahora, también dirige la mina.
La lección de Wang es simple pero poderosa:
“La IA tiene tres pilares: cómputo, algoritmos y datos. El cómputo lo hacen empresas como NVIDIA, los algoritmos los desarrollan OpenAI y compañía… y los datos, los da Scale”.
Hoy, con el respaldo de Meta y la atención de todo Silicon Valley, Alexandr Wang se convierte en una de las figuras más influyentes del ecosistema tecnológico global. Y no porque sea el más brillante con una libreta de ecuaciones en la mano, sino porque supo ver el valor donde nadie más miraba.
Bienvenidos a la era en la que el chico que etiquetaba datos ahora etiqueta el futuro.