Se revela el consejo que Meryl Streep le dio a Anne Hathaway hace 20 años antes de ponerse los tacones de Andy Sachs

Casi 20 años después, se reveló el consejo inesperado que le cambió la vida a Anne Hathaway antes de filmar “El Diablo Viste a la Moda”

El Diablo Viste a la moda 2 / Aeon

En un mundo donde lo normal es decirle a las actrices que bajen de peso, Meryl Streep hizo lo contrario. Y lo hizo con la misma contundencia con la que Miranda Priestly callaba a toda la redacción de Runway con solo levantar una ceja.

Mientras el mundo de la moda se prepara para la secuela de “El Diablo Viste a la Moda”, una vieja anécdota ha salido del clóset de los recuerdos, desempolvando una verdad que dejó huella en la carrera de Anne Hathaway. La historia se reveló durante una entrevista que ambas actrices concedieron a ABC, donde se notó que entre tanto glamour, también hay lugar para la sororidad y el cuidado genuino.

Le prohibí que adelgazara. Todos le decían que lo hiciera, y yo le dije que no. Que se comiera una hamburguesa”, recordó Meryl, con esa elegancia que la ha hecho leyenda en Hollywood. ¿La razón? La joven Hathaway ya estaba flaca. Demasiado flaca.

Anne, con una mezcla de nostalgia y cariño, admitió que aquella frase no solo la liberó, también la sostuvo: Me dijiste que me comiera una hamburguesa. Y sí, lloré muchas veces intentando bajar de peso”.

En un momento en el que la presión estética sigue marcando a muchas mujeres en la industria del cine, Meryl Streep respondió sin filtros cuando le preguntaron si alguna vez la habían presionado de la misma forma: No se atreverían”, dijo con una sonrisa que probablemente congelaría hasta a Miranda Priestly.

Pero esto no es solo una anécdota entre estrellas. Es también una pincelada de humanidad dentro del rodaje de una cinta que, aunque se vendió como un filme sobre pasarelas y bolsos de diseñador, escondía una poderosa crítica al sistema laboral moderno, al perfeccionismo y a la lucha por encajar.

“El Diablo Viste a la Moda”, que marcó a toda una generación (y todavía nos hace dudar de qué tan “azul cerúleo” es nuestra ropa), está de regreso. Y con ella, regresan Miranda y Andy, listas para enfrentarse a una industria que ha cambiado tanto como los algoritmos de Instagram.Se dice que esta segunda parte mostrará a Miranda Priestly enfrentando su etapa final en la cima de la moda, mientras Andy podría tener un rol mucho más empoderado que hace dos décadas. Drama, glamour, redención y posiblemente más de una caída en tacones.

El regreso de una de las películas más queridas del cine contemporáneo no solo genera expectativa por la moda o los diálogos afilados, también revive esos momentos íntimos detrás de cámaras que nos recuerdan que, a veces, lo más revolucionario no es romper el sistema, sino cuidarnos entre nosotras cuando nadie más lo hace.

Viviana Hernández Bran

Licenciada en Comunicación y Periodismo por la...