BLACKPINK: el día en que fueron nombradas defensoras del cambio climático en la COP26

En un salón cargado de historia en el palacio de Buckingham, entre tapices, candelabros y protocolo británico, cuatro jóvenes nacidas en Seúl, Auckland y Bangkok recibieron uno de los honores más antiguos de Europa. BLACKPINK, el grupo de K-pop que rompe récords en plataformas digitales, fue investido con la Orden del Imperio Británico como reconocimiento a su labor en la concienciación sobre el cambio climático.

El acto coincidió con la visita de Estado del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, al Reino Unido. Allí, el rey Carlos III entregó el título de Miembro Honorario de la Excelentísima Orden del Imperio Británico (MBE) a Jennie, Jisoo y Lisa, mientras que Rosé, ciudadana neozelandesa, recibió la condecoración plena. La ceremonia se llevó a cabo en la emblemática sala 1844, espacio reservado para los invitados más distinguidos de la monarquía.

¿Por qué ellas?

La pregunta parece obvia y, al mismo tiempo, inevitable. ¿Por qué BLACKPINK? La respuesta está en los números: más de 92 millones de suscriptores en YouTube, 57 millones en Instagram y una influencia global capaz de movilizar a generaciones enteras. En un mundo donde el mensaje sobre el cambio climático suele sonar abstracto, ellas lo traducen en algo cercano, viral y poderoso.

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El Reino Unido ya las había designado defensoras de la Conferencia de las Partes (COP26) en 2021, celebrada en Glasgow. Desde entonces, el grupo no se limitó a posar en campañas: lanzaron videos, discursos y mensajes que invitaron a millones de jóvenes a informarse y actuar frente a la crisis ambiental. La ONU, a través de António Guterres, las nombró después embajadoras globales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Activismo en clave pop

El mérito de BLACKPINK no es solo amplificar un discurso, sino hacerlo atractivo para una generación educada en algoritmos y pantallas. Sus mensajes sobre sostenibilidad conviven con desfiles de Chanel, portadas de revistas y conciertos multitudinarios. En su agenda, Coachella y la ONU caben en la misma frase.

“Los pequeños esfuerzos pueden generar grandes cambios”, dijo Jisoo en su mensaje de agradecimiento. Lisa reconoció que jamás habría imaginado recibir un MBE, y Rosé dedicó el premio a los BLINKs, la legión de fanes que sigue cada paso del grupo. Jennie, por su parte, habló de orgullo y responsabilidad. Todas, en diferentes palabras, subrayaron lo mismo: que el glamour no está reñido con la urgencia climática.

Un mensaje que viaja más lejos que la política

Mientras gobiernos, científicos y diplomáticos luchan por hacerse escuchar en cumbres internacionales, la cultura pop actúa como altavoz global. BLACKPINK es, en este sentido, un fenómeno: el puente entre una causa urgente y una generación que, a golpe de likes y comentarios, encuentra formas de apropiarse del discurso ambiental.

No es casual que los BLINKs llenaran de mensajes las redes sociales tras la ceremonia. “Se ven increíbles, hacen del mundo un lugar mejor”, escribieron en Instagram. En X, el entusiasmo se mezclaba con orgullo: “Un merecido reconocimiento a su papel en la COP26”.

De escenario en escenario, con un planeta en juego

Que un grupo de K-pop reciba la Orden del Imperio Británico puede sonar excéntrico. Pero es también un signo de los tiempos: la lucha contra el cambio climático necesita ídolos, referentes culturales capaces de traducir gráficos, informes y discursos en gestos, canciones y frases que no se olvidan.

BLACKPINK lo ha conseguido. Y en esa mezcla de luces de neón, ritmos frenéticos y mensajes sostenibles, el futuro del planeta quizá haya ganado cuatro voces inesperadas.