Christopher Uckermann celebra la sencillez de existir en su nueva canción Qué vida

Hay canciones que no buscan gritar, sino susurrar. Qué vida, el más reciente lanzamiento de Christopher Uckermann, es justo eso: un recordatorio suave, casi doméstico, de que la felicidad puede estar en algo tan simple como caminar en pijama por una calle desconocida, detenerse frente a un florero improvisado en una ventana, o perderse en la calma de la propia compañía.

Escucharla es como abrir las cortinas de golpe una mañana luminosa: entra aire fresco, la rutina se vuelve liviana y uno descubre que hasta la soledad puede tener ritmo. El tema avanza entre ecos de soul y R&B con un guiño retro, sin buscar adornos grandilocuentes. Su encanto radica en la honestidad: un baile íntimo, de esos que suceden a puerta cerrada, sin testigos ni coreografías ensayadas.

Una oda a la compañía propia

El videoclip que acompaña la canción refleja esa misma intención. Grabado en Europa con una estética deliberadamente sencilla, muestra a Uckermann paseándose relajado por calles tranquilas, rodeado de plantas y agua, con la soltura de quien se sabe en paz con su propio reflejo. Nada de luces cegadoras ni escenografías de cartón piedra: la apuesta es por lo real, lo crudo, lo cotidiano.

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En un momento aparece bailando, ligero, casi despreocupado. No hay artificio: es el artista disfrutando de sí mismo. Y esa es, quizá, la mayor fuerza del video.

El proceso detrás de la calma

La canción fue compuesta y producida junto a Juan Ariza, conocido por su trabajo con Harry Styles y Morat, y mezclada por el ganador del Latin Grammy Nacho Sotelo. El resultado es un track con pulso internacional pero corazón íntimo.

Uckermann lo explica como un regreso a lo esencial: una melodía que celebra el presente y se distancia de la ansiedad de “lo que viene después”. Su propia visión creativa definió también el concepto del videoclip, pensado más como un diario de viaje que como un espectáculo.

Un nuevo capítulo en su camino

Qué vida es el cuarto adelanto de un álbum introspectivo que vio la luz este 2025. Un proyecto que el artista describe como el más personal de su carrera, alejado de fórmulas y entregado a la exploración de emociones genuinas.

Desde su EP Sutil Universo en 2020, Uckermann ha transitado un camino distinto al de las corrientes masivas del pop: canciones como Bien Bien Singular o Los hombres lloran confirman su interés por narrativas más humanas, alejadas del artificio.

Hoy, con Qué vida, insiste en que no se necesita ruido para conectar. Basta con un ritmo suave, una letra clara y la certeza de que la vida, en sus gestos más simples, ya trae consigo un motivo para bailar.