Letterboxd: la red social de cine que te permite hacer amigos, calificar, enlistar y reseñar películas

Hay quienes guardan los boletos de cine en cajas de zapatos. Otros, subrayan con lápiz las carteleras de los diarios. Y están los que, con paciencia de coleccionista, anotan en libretas los títulos que van tachando de su lista personal. En la era digital, ese hábito íntimo de organizar lo que vemos encontró su refugio definitivo: Letterboxd.

No es una aplicación más, es un club de cine mundial escondido en el teléfono. Allí, cada usuario levanta un archivo personal, su diario de películas, donde anota qué vio, cuándo lo hizo y qué le provocó. La experiencia de ver cine se transforma en algo más que dos horas frente a una pantalla: se vuelve memoria, puntuación, reseña, conversación.

Un ritual moderno para viejos cinéfilos

La plataforma nació en Nueva Zelanda hace poco más de una década, cuando Matthew Buchanan y Karl von Randow decidieron darle forma digital a una obsesión compartida: registrar el cine como quien escribe un diario. La idea creció silenciosamente hasta convertirse en un espacio global donde confluyen críticos profesionales, estudiantes de cine y espectadores curiosos que simplemente quieren recordar qué vieron un jueves cualquiera de invierno.

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Esta aplicación no solo ordena lo que consumes; también te enfrenta con la forma en que lo haces. Al final del año, un balance automático te recuerda cuál fue tu primera película, la última y la que más veces repetiste. Es, en esencia, una radiografía de tus hábitos frente a la pantalla.

Estrellas, corazones y listas

La mecánica es sencilla pero adictiva. Una película se marca con estrellas, de una a cinco, se puede añadir un corazón si dejó huella y, si hay ánimo, escribir una reseña que otros leerán. Con el tiempo, el perfil de cada usuario se convierte en una especie de espejo: ahí están las cintas que emocionaron, las que decepcionaron, y esas otras que se descubrieron por accidente y terminaron marcando el mes.

Pero lo que ha hecho especial a Letterboxd no es solo la posibilidad de puntuar, sino el juego de las listas. Desde “películas para llorar en domingo” hasta “todo lo que filmó Wong Kar-wai”, las listas son collages íntimos que también funcionan como recomendaciones públicas. Quien entra, no solo organiza: se deja contagiar por los caprichos de otros.

Cómo usar Letterboxd sin perderse en el intento

Abrir la aplicación es como entrar en una sala oscura donde ya todo está dispuesto. El menú se divide en secciones que invitan a moverse con calma:

• Diary: el corazón de la experiencia. Allí se registran las películas vistas con su fecha exacta, la puntuación y, si se quiere, una reseña. Es el cuaderno íntimo del espectador.
• Watchlist: la lista de espera. Aquí se guardan las películas pendientes, esa especie de limbo donde terminan las recomendaciones que uno promete no olvidar.
• Lists: el terreno creativo. Desde listas temáticas (“cine de carretera”) hasta caprichos personales (“las que me hicieron reír con un café en mano”), este apartado convierte el gusto individual en patrimonio colectivo.
• Reviews: la vitrina pública. Breves o extensas, serias o irónicas, las reseñas son el verdadero pulso de la comunidad.
• Activity: la conversación. Lo que ven tus amigos, lo que reseñan, lo que añaden. La experiencia compartida en tiempo real.

El funcionamiento es tan intuitivo que apenas hace falta manual. Basta con pulsar el símbolo de “+” para añadir una nueva película: título, fecha, estrellas y, si hay inspiración, unas líneas que expliquen qué dejó en ti. Al final, la aplicación se convierte en una especie de espejo digital, un álbum que retrata no solo qué viste, sino quién eras cuando lo viste.

Una red social con alma de cineclub

La dimensión social completa el hechizo. Se pueden seguir amigos, críticos o desconocidos con gustos afines; leer lo que opinan del último estreno de moda o de aquella cinta olvidada de los noventa; debatir, coincidir, discrepar. A diferencia de otras redes, aquí no se busca acumular “likes” sino descubrir nuevas historias.

Al final, la magia de Letterboxd está en su capacidad de convertir la soledad del espectador en conversación colectiva. La aplicación recuerda que el cine no es solo evasión, sino un idioma compartido.