Este es el K-drama que acumula raitings históricos y que es tan bueno que no te puedes perder

¿List@ para una historia totalmente diferente a las que conoces?

Recuerdos de Alhambra / internet

No es casualidad que Granada haya terminado convertida en un escenario de ciencia ficción surcoreana. Entre calles empedradas, balcones andaluces y la sombra majestuosa de la Alhambra, se despliega uno de los dramas coreanos más comentadas de los últimos años en Corea del Sur: Recuerdos de la Alhambra.

Más que un simple decorado, la ciudad funciona como un tablero de ajedrez donde el amor, el misterio y la tecnología se entrecruzan en un relato que navega entre lo onírico y lo virtual.

Un viaje de negocios que se sale de control

El punto de partida parece anodino: Yoo Jin-woo (Hyun Bin), un empresario tecnológico, llega a España en busca de un creador de videojuegos. Lo que no imagina es que ese encuentro frustrado lo arrastrará a un universo donde el límite entre la vida cotidiana y la realidad aumentada se desdibuja a cada paso.

Allí, en una posada regentada por Jung Hee-joo (Park Shin-hye), comienza una relación marcada por la complicidad, los enigmas y una sucesión de giros que obligan al espectador a cuestionarse dónde termina el juego y dónde empieza lo real.

Un éxito que rompió esquemas

Estrenada en 2018 por la cadena tvN, la producción no tardó en colocarse en la lista de los dramas más vistos de la televisión por cable surcoreana. La audiencia, medida por Nielsen, alcanzó cifras históricas que confirmaron el magnetismo de la serie y consolidaron a Hyun Bin como uno de los grandes rostros del K-drama contemporáneo.

Hoy, con su llegada a Netflix, la historia encuentra un nuevo público internacional que se rinde ante su estética cuidada, su fotografía detallista y los efectos visuales que, para la época, resultaron vanguardistas.

La música como hilo invisible

El título no es un capricho: remite a la pieza para guitarra clásica Recuerdos de la Alhambra, compuesta por Francisco Tárrega en el siglo XIX. La melodía, cargada de melancolía y virtuosismo, atraviesa la serie como un eco que acompaña los momentos de mayor tensión emocional, convirtiéndose en un personaje silencioso que dialoga con los protagonistas.

El embrujo del K-drama global

Lo que hace especial a esta serie no es solo su mezcla de géneros, romance, misterio y ciencia ficción, sino la manera en que coloca a una ciudad española en el centro del imaginario surcoreano. Granada no se muestra como postal turística, sino como un espacio narrativo lleno de trampas, secretos y belleza.

La serie demuestra, una vez más, cómo el K-drama ha dejado de ser un fenómeno local para transformarse en una ventana global que exporta historias, pero también incorpora territorios, culturas y músicas ajenas, reinventándolos en un lenguaje propio.

Viviana Hernández Bran

Licenciada en Comunicación y Periodismo por la...