Tito Fuentes ex guitarrista de Molotov comparte fotos de la reconstrucción de su rostro
El exguitarrista de Molotov reveló las huellas visibles de once cirugías, tras años de adicciones y descuido de su salud mental

Tito Fuentes reconstrucción de rostro / Humberto Romero
La publicación más reciente de Tito Fuentes en Instagram muestra lo que las palabras difícilmente alcanzan a describir: un rostro atravesado por una herida que recorre nariz y mejilla, recuerdo tangible de once intervenciones quirúrgicas. No se trata solo de la consecuencia de las adicciones, sino también de lo que él mismo llama el abandono de la salud mental y emocional.

Tito fuentes cicatrices / instagram

Tito fuentes cicatrices / instagram
En su mensaje, el músico reconoce que sus heridas no nacieron únicamente del abuso de sustancias. Habla de aquello que solemos ocultar: “lo emocional, lo psicológico, lo que es más fácil no ver o no hablar”. La presión profesional, la muerte de sus padres y una lucha constante contra la depresión fueron, según él, detonantes de un desgaste que lo llevó a perderse incluso en dependencias insospechadas, como su propia adicción al azúcar.
Un coma como punto de quiebre
La caída más dura llegó cuando una cirugía salió mal. Los médicos lo indujeron a un coma de casi tres días. “Estuve muerto en vida dos días y medio”, relató en una entrevista. Ese despertar, confiesa, cambió el rumbo de su historia: decidió dejar atrás los escenarios, la rutina autodestructiva y comenzar un proceso de rehabilitación donde la terapia psicológica tuvo un papel central.
Con ironía, el exintegrante de Molotov contó que en el hospital no podía resistirse a los caramelos que le ofrecían, ni siquiera en medio de su recuperación. Pero más allá de la anécdota, su reciente publicación busca mostrar que “las cicatrices del rostro también son cicatrices del corazón”. El artista insiste en que no busca compasión, sino dejar un mensaje de amor propio, un recordatorio de que el silencio emocional puede transformarse en enfermedad física.
A las cicatrices se suma un padecimiento crónico: rizartrosis en ambas manos, resultado de años de exigencia con la guitarra. La enfermedad, que degrada el cartílago de las articulaciones, lo obliga a someterse a tratamientos periódicos y lo ha alejado de su instrumento. Este desgaste físico coincidió con rupturas en su vida personal y con la pausa obligada en su trayectoria.
Molotov sigue, él se reconstruye
Mientras Molotov continúa con giras y conciertos, el músico avanza en su rehabilitación, con proyectos artísticos que mantiene al margen de la vorágine mediática. Aunque no descarta un regreso a los escenarios, su prioridad hoy es otra: consolidar la recuperación física y emocional antes de volver a empuñar la guitarra bajo los reflectores.

Viviana Hernández Bran
Licenciada en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón, UNAM. Creadora de contenido escrito y digital...


