Guillermo del Toro revela el alma detrás de Frankenstein y comparte poderoso mensaje antes de que lo podamos ver en todo su esplendor
Una historia donde la fe, el dolor y la paternidad se entrelazan en su nueva película
Guillermo del toro-Frankenstein / getty images
El 23° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) fue testigo de una de las proyecciones más esperadas del año: el estreno latinoamericano de Frankenstein, la nueva adaptación dirigida por Guillermo del Toro. Aunque el cineasta no estuvo presente físicamente, su voz se sintió con fuerza a través de un mensaje leído por Daniela Michel, fundadora y directora del festival. En sus palabras, del Toro no solo habló de cine, sino del proceso de convertirse en padre, del peso de la herencia emocional y del arte como un medio de redención.
“Dios dicta la forma”: el dolor como maestro
“Dónde estamos y quiénes somos cambia conforme la vida nos esculpe a golpes y Dios dicta la forma”, escribió el director en un fragmento que resonó en el Teatro Mariano Matamoros de Morelia. La frase no solo sintetiza su visión de Frankenstein, sino también el espíritu que ha guiado gran parte de su obra: criaturas que sufren, que buscan amor, que cargan con la fe y la culpa como cicatrices.
Del Toro confesó que en su juventud soñó con narrar la historia de Dios Padre y Dios Hijo a través del mito de Frankenstein, explorando la complejidad del dolor, la muerte y la incomprensión entre padres e hijos. Con el tiempo, esa visión se transformó en algo más íntimo: "Pensé en hablar de lo extraño que es ser hijo de un hombre difícil de descifrar, pero con el tiempo, aún mientras me comportaba como hijo, me volví padre yo también. Y a pesar de evitarlo por décadas, descubrí a mi padre en el espejo cuando cumplí los 42. Tuve que parar el ciclo del dolor y no repetir antes de pasarlo a mis hijas. Las herramientas más poderosas fueron el perdón y la aceptación”.
Un monstruo que refleja al hombre
En esta nueva versión, Frankenstein deja de ser solo un relato de horror gótico para convertirse en una reflexión sobre la identidad, la culpa y la transformación humana. El propio del Toro lo describe como una conversación entre la fe y el desamor, entre el creador y su creación, entre el hijo que carga las sombras de su padre y el adulto que decide romperlas.
“Curioso cómo termina uno siendo el héroe y el villano de su propia película”, escribió el cineasta en el cierre de su mensaje, antes de enviar “mil abrazos a todos”. En su voz, tan poética como devastadora, el mito del monstruo adquiere una nueva lectura: la del hombre que se enfrenta a sí mismo, en busca de redención.
El eco de Morelia y el amor por México
Daniela Michel agradeció a Netflix por haber hecho posible la función especial y subrayó la relevancia emocional que tiene este estreno para el festival y para el propio director: “Saben ustedes cuánto ama México, cuán importante es esta película en su filmografía”, declaró frente a una sala llena.El público, que ha acompañado a del Toro desde Cronos hasta La forma del agua, recibió el filme como lo que es: un regreso a la raíz, una conversación entre el arte y la espiritualidad.
El monstruo y el hombre: una misma herida
En un momento en que el cine parece girar hacia la inmediatez y el impacto visual, el cineasta reafirma que el verdadero horror, y la verdadera belleza, siguen naciendo del alma. Frankenstein se perfila como una obra sobre la reconciliación con el pasado, una carta fílmica sobre el perdón y la ternura que sobrevive a la oscuridad.
Quizá esa sea la razón por la que cada vez que el mexicano regresa a la pantalla, el público siente que también regresa algo más profundo: la certeza de que el cine sigue siendo un lugar para sanar.
Con información de la página web del Festival Internacional del cine de Morelia.
Viviana Hernández Bran
Licenciada en Comunicación y Periodismo por la...Licenciada en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón, UNAM. Creadora de contenido escrito y digital en Los40 México, El Eco de LOS40 y W Radio. Activa en Radiópolis desde 2021.