Por cuarta ocasión, Morrissey cancela sus conciertos en México, ¿ahora qué pasó?

Morrissey ha vuelto a hacerlo. A solo unas horas de su esperado regreso al Palacio de los Deportes, el exlíder de The Smiths anunció la cancelación de sus conciertos en Ciudad de México y Guadalajara debido a un cuadro de agotamiento extremo, dejando a miles de seguidores con boletos en mano y un déjà vu que ya parece costumbre.

No es la primera vez que el artista británico cancela en México, y probablemente tampoco será la última. Desde su primera visita frustrada en 2013, cuando una enfermedad lo obligó a retirarse del cartel del Vive Latino, Morrissey ha suspendido al menos cuatro presentaciones en el país por distintos motivos de salud. En 2023 fue una infección de dengue; en 2024, un nuevo episodio de agotamiento físico; y ahora, en 2025, el ciclo se repite, con un comunicado oficial que habla de “agotamiento extremo”.

El texto, publicado por la promotora del evento, fue escueto y directo:

“Debido al agotamiento extremo del artista, los conciertos de Morrissey programados para el 31 de octubre en el Palacio de los Deportes y el 4 de noviembre en el Auditorio Telmex no se llevarán a cabo”.

La relación entre Morrissey y su público mexicano ha sido siempre una mezcla de amor profundo y desilusión. En cada anuncio de gira, los fans vuelven a ilusionarse; y en cada cancelación, las redes se llenan de memes, ironía y reclamos. En esta ocasión, las reacciones no se hicieron esperar: “La sorpresa hubiera sido que sí se hiciera”, escribió un usuario en X; “ya es una burla”, añadió otro.

Sin embargo, más allá del enojo, hay una tristeza colectiva que parece no extinguirse. Morrissey no es solo un cantante para su audiencia mexicana: es una especie de espejo emocional, un ícono melancólico que ha sabido conectar con generaciones que se reconocen en su desencanto. Y quizá por eso duele más.

Un legado que resiste

La gira cancelada tenía como propósito repasar los más de 40 años de carrera del intérprete, desde los días de The Smiths hasta su etapa como solista. Canciones como Everyday Is Like Sunday o There Is a Light That Never Goes Out iban a resonar nuevamente en México, un país que siempre ha recibido con fervor su estética triste y provocadora.

A pesar de los tropiezos, el legado de Morrissey sigue intacto. Su figura, controvertida, poética y a veces contradictoria, sigue generando conversación, debates y, sobre todo, devoción. Pero su salud y su carácter impredecible han convertido sus giras en una ruleta emocional tanto para promotores como para seguidores.

El eterno dilema del artista agotado

El caso de Morrissey abre también una conversación más amplia sobre el agotamiento físico y emocional en la industria musical. Los tours extensos, las exigencias de las disqueras y la presión de las redes sociales han convertido la carrera de muchos artistas en un terreno agotador. No son pocos los músicos que, como él, han tenido que detenerse por fatiga, ansiedad o problemas de salud mental.

Quizá Morrissey no solo esté cancelando conciertos; tal vez esté lanzando un mensaje involuntario sobre los límites del cuerpo y la fragilidad del mito.