¿Qué está pasando con la nueva película de El Exorcista y por qué Scarlett Johansson será la protagonista?

Universal prepara una nueva película de El Exorcista y, para evitar otro tropiezo en taquilla, fichó a Scarlett Johansson como protagonista y a Mike Flanagan como director. Es un movimiento estratégico para revitalizar una franquicia que, pese a su historia legendaria, ha sufrido reveses comerciales recientes.

Resulta casi irónico que una de las películas más influyentes del terror moderno se haya convertido en un desafío eterno para quienes intentan continuar su historia. Desde el estreno del filme original en 1973, la saga de El Exorcista se ha enfrentado a secuelas irregulares, reboots tímidos y un público cada vez más exigente.

Universal compró los derechos para desarrollar una nueva trilogía, una decisión millonaria que parecía garantizar éxito inmediato. Pero la primera entrega, Creyente, terminó siendo una llamada de atención: el entusiasmo del público no era automático, el nombre ya no bastaba.

Johansson, la pieza inesperada en el tablero del terror

La elección de Scarlett sorprende por muchas razones. Su carrera, marcada por blockbusters, dramas intimistas y papeles icónicos, rara vez se ha acercado al horror puro. Sin embargo, su presencia es un acto de confianza en la reinvención de la saga y en su capacidad para articular personajes complejos en escenarios extremos.

• ¿Qué convirtió a Scarlett Johansson en la actriz más taquillera del mundo?

Su incorporación es un indicio de que la nueva entrega no busca solo provocar sustos, sino construir una historia emocionalmente sólida, algo que Johansson ha dominado durante dos décadas.

El director que convierte el miedo en poesía: Mike Flanagan

En el reino del terror contemporáneo, Mike Flanagan ocupa un lugar peculiar: es el cineasta que ha convertido la angustia en un lenguaje íntimo. Con obras como Hill House, Misa de medianoche y Doctor Sueño, Flanagan ha demostrado que puede rescatar universos dañados y convertirlos en piezas maduras, sensibles y visualmente memorables.

Su especial habilidad para revivir franquicias heridas lo convierte en una apuesta calculada. Él no solo dirige; reescribe imaginarios. Los vuelve a iluminar desde dentro.

La tarea del director no es menor. Debe construir una película que dialogue con el espíritu del clásico sin caer en el homenaje vacío; que aterre, pero que también conmueva; que respete al público nostálgico sin olvidar que una nueva generación espera algo distinto.

Flanagan ya lo ha hecho antes: tomó una franquicia maltratada como Ouija y la transformó en un relato digno. Volvió a darle respiro al universo de Stephen King con Doctor Sueño. Y ahora, con El Exorcista, se enfrenta al reto más simbólico de su carrera.

Ampliar

Cerrar