¿Qué pasó, qué dijo? Bellakath genera enemistad con la comunidad LGBT+
La reacción de la cantante durante el Flow Fest 2025 abrió una conversación urgente sobre lenguaje discriminatorio, responsabilidad pública y los límites de la defensa personal en redes sociales

Bellakath-comunidad LGBT+ / Medios y Media
La presencia de Bellakath en el Flow Fest 2025 terminó encendida por razones que poco tenían que ver con su música. Todo comenzó con una crítica lanzada desde X: un mensaje mordaz que cuestionaba su aspecto físico y su presentación. La cantante, lejos de optar por el silencio, respondió con una furia inmediata. Lo que dijo, y cómo lo dijo, convirtió un comentario aislado en una conversación nacional sobre los límites del lenguaje y el peso de las figuras públicas.
El episodio fue tan veloz que apenas bastaron unos minutos para que su réplica, cargada de insultos relacionados con la serofobia y la homofobia, se convirtiera en tendencia. La pregunta que emergió entre usuarios, activistas y especialistas fue simple pero profunda: ¿hasta dónde puede llegar un artista cuando responde a la violencia digital?
La respuesta que incendió el debate
Bellakath justificó su reacción mediante un comunicado donde aseguró que su mensaje fue un gesto de autodefensa. Afirmó que, cuando recibe ataques personales, “regresa el golpe” y que existe un doble estándar en la forma en que se juzgan los enfrentamientos entre mujeres y miembros de la comunidad LGBT+.
Su postura dividió opiniones: algunos defendieron su derecho a responder ante la violencia verbal; otros señalaron que su estatus como figura pública exige prudencia adicional, especialmente al utilizar expresiones históricamente vinculadas a estigmas peligrosos sobre el VIH.
Los mensajes de la cantante tocaron fibras sensibles dentro de colectivos que llevan décadas combatiendo prejuicios. Organizaciones especializadas en derechos LGBTIQ+ recordaron que el lenguaje que vincula el VIH con insultos no es “un ataque cualquiera”: es una herida que reproduce discriminación, empuja al estigma y alimenta la violencia estructural que miles aún enfrentan.
Varios especialistas en comunicación digital subrayaron un punto clave: cuando una celebridad nombra a un grupo vulnerable para insultar, su palabra no cae en el vacío. Tiene peso, impacto y eco. Por eso el episodio fue interpretado como más que una riña en redes: un recordatorio de lo que implica tener altavoces masivos.
Violencia cruzada: misoginia y body shaming
El origen del conflicto tampoco pasó desapercibido. El comentario que detonó la discusión incluía elementos de misoginia, burlas hacia el cuerpo y ataques destinados a ridiculizarla. Muchas voces en redes subrayaron este punto: que la conversación no debería ignorar que el primer golpe provino de un ataque machista.
Activistas y usuarios señalaron que tanto las mujeres como la comunidad LGBTIQ+ enfrentan formas similares de violencia simbólica y que, históricamente, sus luchas han estado tejidas por batallas compartidas. Algunos llamaron a no perder de vista el problema de fondo: el entorno digital que permite que la crueldad circule sin freno.

Viviana Hernández Bran
Licenciada en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón, UNAM. Creadora de contenido escrito y digital...


