La Santa Fiesta 2025: Así fue la presentación nostálgico-amorosa que nos regaló de Mijares

La tarde caía sobre el recinto de La Santa Fiesta cuando, a las 7:30 pm, una figura inconfundible apareció entre luces moradas y un rugido colectivo del público. Mijares, el ícono eterno del pop latino, tomó el escenario con la seguridad de quien sabe que su voz, esa que marcó generaciones, sigue siendo capaz de mover montañas… y multitudes.

Desde el primer acorde, quedó claro que no sería una presentación más: sería un ritual pop, una celebración cargada de nostalgia, energía y ese encanto que solo Mijares sabe invocar.

Un setlist para enamorar tres veces

El público apenas tuvo tiempo de recuperar el aliento cuando comenzó la inconfundible introducción de “Soldado del Amor”, desatando una ola de gritos, celulares al aire y parejas abrazándose como si el tiempo se hubiera detenido en los 90.

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Le siguió “Bella”, una de esas canciones que no se cantan: se gritan con el alma. Mijares sonrió al escuchar al público corear cada verso, dejándose envolver por la complicidad de cientos de voces que lo acompañaban.

La fiesta subió de nivel con “Para Amarnos Más”, un clásico que provocó que más de uno sacara su mejor paso romántico, recordando esos amores que se viven con intensidad… o que ya quedaron en el archivo histórico de la vida, pero siguen doliendo rico.

Luego llegó el momento más sentimental de la noche: “El Privilegio de Amar”. La melodía envolvió el espacio como un abrazo cálido, y por un instante la fiesta se transformó en un salón lleno de brillo emocional. Fue el punto exacto en el que los asistentes entendieron por qué Mijares es más que un cantante: es un símbolo.

Finalmente, la celebración cerró como debía: con fuerza, ritmo y nostalgia pura al sonido de “Uno Entre Mil”, tema que convirtió el recinto en un karaoke masivo que vibró hasta el último segundo.

Una noche que quedará grabada en la memoria

Con su elegancia característica, una banda impecable y una vibra que combina clase con fiesta, Mijares se consagró como el momento icónico del pop en La Santa Fiesta. Su presentación no solo hizo cantar a todos; hizo que el corazón se sintiera joven otra vez.

Una noche perfecta para los nostálgicos, los románticos empedernidos… y para cualquiera que sigue creyendo que en la música, como en la vida, siempre hay espacio para volver a amar.